Nunca imaginó que su música iba a tener la repercusión que tiene en estos momentos. Cuando despuntaba en los escenarios y Limones de invierno , y no solo en Euskal Herria, llegó la pandemia y le obligó, al igual que al resto de los ciudadanos, a echar el freno y quedarse en casa. En febrero de 2020 hablaba ilusionada de los conciertos que tenía previstos, pero todo se fue al traste. Retomó su vida musical con la misma ilusión cuando las restricciones fueron bajando en intensidad y recientemente llenó el Velódromo en Donostia, lo mismo ocurrió con su reciente concierto en el Palacio Euskalduna. De niña, no pensaba que iba a llegar a ser artista, pero era su sueño. Un sueño cumplido y del que puede vivir. Pero no es el único, aspira a muchas cosas, algunas vitales en estos momentos, contribuir en lo posible a crear un Planeta más sostenible en todos lo sentidos. El jueves que viene actuará en Donibane Lohizune y en fiestas del Carmen estará en Barakaldo. La gira de verano es ligera y toma fuerzas para afrontar un otoño intenso. Nunca unos limones han dado tanto juego.

Un verano muy lleno de limones para usted.

—Repleto de limones, de oro y de árbol. Es un verano feliz. Me gusta estar rodeada de este cítrico. Es un complemento ideal para el invierno, el verano, la primavera y el otoño. Para todas las épocas.

Este año supongo que está resultando más fructífero que el anterior en el que las restricciones eran fuertes y llevábamos el rostro cubierto con mascarillas.

—Es una cura para mí, para el grupo, para los espectadores, para todos. Nos podemos juntar mucha más gente que el año pasado y eso es bueno. Disponemos de más espacios para disfrutar. Este verano va a ser bonito, va a ser un tiempo de reencuentros después de más de dos años.

Y a rostro descubierto. Se va a poder cantar y bailar sin mascarillas.

—Qué maravilla. Y nosotros podremos ver las caras al público. Ya se está haciendo y no sabes la diferencia que hay. Es maravilloso. Podremos ver las sonrisas y cómo cantan. Con mascarillas todo era diferente. Va a ser guay.

Acaba de volver por Argentina, ¿cómo ha ido la gira?

—Ha estado muy bien. Ha sido cortita, pero muy intensa. Ha sido muy bonito conocer a los oyentes de la otra punta del mundo. Allí es invierno. Ha sido perfecto llevar limones a Buenos Aires en invierno. Parece que tenían muchas ganas de que llegáramos y nos han tratado muy bien.

¿Se imaginaba hace cinco o seis años que su nombre iba a ser tan internacional, que su nombre iba a estar en boca de muchos y que iba a llenar grandes escenarios?

—Estábamos en Buenos Aires y decía: ¿Va a venir gente a vernos, gente que sabe quiénes somos? Nos parecía surrealista. Habíamos estado en México, pero Argentina era superdesconocido como país para nosotros. Además es que nos han tratado tan bien que hemos vuelto encantados. Tanto los organizadores, que lo han hecho muy bien, como los que han venido a vernos, han estado fantásticos, nos han traído regalos, increíble.

No es una mujer a la que le gusten los viajes muy largos.

—No me gusta estar mucho tiempo fuera de casa y tampoco me gusta mucho volar durante doce horas. Pero después te das cuenta que merece la pena.

¿No es viajera?

—Soy viajera, sí. Pero también soy muy casera. Me gusta volver a mi casa con mucha frecuencia. Es cierto que me gusta moverme, aunque no estar haciéndolo continuamente.

¿Cómo anda de giras para el verano?

—Mi verano está bastante tranquilo, vamos a tocar comedido, a gusto. Voy a aprovechar para descansar, para dormir, para estar con los amigos. El otoño vendrá más cargadito.

‘Limones de invierno’ y ‘Limones de oro’. ¿Además de limones tiene más canciones en la reserva?

—Tengo canciones, pero ahí están. Limones de oro era importante para mí para hacer un puente del disco anterior a uno que sea nuevo. Necesitaba ese puente y ahora estoy motivada para empezar a hacer canciones nuevas.

¿Más importante los de oro que los de invierno?

—Igual de importantes. Cada uno con su fase. Los de oro son igual que los de invierno, pero madurados. Son más maduros en tiempo y en compañía.

¿Cuál es su fuente de inspiración?

—Muchas cosas. La vida, la naturaleza y la ternura son mis fuentes de inspiración.

Hay artistas que dicen que componer duele, sobre todo cuando se le resisten los temas. ¿A usted le fluyen con rapidez las canciones?

—Normalmente, me sale natural y fluido componer. Por lo menos, de momento es abundante esa fluidez. Esperemos que continúe así. Por ahora me siento bien con mis inspiración a la hora de componer.

Y después de limones, ¿naranjas?

—Ja, ja, ja... No lo sé, supongo que no. Pero todo habrá que verlo, esta es una pregunta de futuro, la contestaré más tarde. Ahora hablamos de limones.

Está muy ilusionada con tocar en Donibane Lohizune.

—En Iparralde había tocado muy poco. Antes de la pandemia parecía como natural romper esa barrera, pero después no se pudo. Así que me hace mucha ilusión tocar en Donibane Lohizune.

Ha llenado grandes escenarios, se ha convertido en la cantante de moda. ¿A qué aspira ahora Izaro?

—Aspiro a poder hacerme mayor cantando, Aspiro a seguir disfrutando de la música como lo estoy haciendo ahora, que no es poco. También me gustaría conseguir una vida de paz y de amor.

Vivir de la música es difícil...

—Muy difícil, pero también es muy bonito. Mi vida en ese sentido es un privilegio, mucha gente lo quiere y no puede conseguirlo y está pluriempleada. Además, siempre está con cuánto estés dispuesta a vivir. En este caso, todo es opinable, pero lo cierto es que yo sí vivo de la música y espero que dure. Soy muy consciente de mi suerte, es algo que tengo muy presente.

¿Alguna vez de niña pensó que esas ganas de cantar podrían ser alguna vez una profesión?

—¡Qué va! Pero supongo que dentro de mí, la niña aquella se veía supercapacitada para hacer muchísimas cosas, se lo creyó y ha ayudado a que sea capaz de hacer música y esté tocando por el mundo.

La piratería ha influido mucho y en negativo en los beneficios económicos de los artistas. ¿Ha cambiado a mejor o seguimos igual?

—Ha cambiado. Está claro que a mejor. Antes no había otra opción, ahora hay un montón de plataformas para escuchar música. Aunque qué voy a decir yo ahora, estoy cerca de los 30 y no sé lo que hace la gente joven realmente.

Una amiga le prestó una guitarra y con ella se lanzó a soñar. ¿Cuántas tiene hoy en día?

—Dos, una la que suelo usar para tocar en casa, la vieja, la primera que me compré, y otra que me hizo el luthier Luberriaga en su estudió, me la hizo a medida, la guitarra es preciosa y sueña genial.

Ha perdido el título de cantante revelación...

—Ya soy vieja. Ja, ja, ja...

Si usted lo dice, es una chiquilla.

—Tampoco, ya tengo mis años (28). ¿Sabes lo que te digo? Que me da igual, llamadme como queráis. ¿Revelación no? Pues otra cosas.

¿Soñadora?

—Con algunas cosas soy soñadora. Pero los sueños se pueden crear y los sueños pueden reciclarse. De niña me veía en un escenario, sin pensar que lo conseguiría. Es un sueño que he cumplido. Otros se van transformando, se van construyendo, van naciendo más y eso es muy bonito. Duran más.

¿Cómo se siente cuando le reconocen por la calle?

—Ahora siento que lo tengo bastante normalizado. Aquí me reconocen, pero en otros sitios no. Así que puedo jugar a las dos caras.

¿Se le ha subido el éxito a la cabeza en algún momento?

—Qué va. Estoy muy bien rodeada de gente, también me ha pillado en una buena edad. Recibo lo bueno que me dan con mucho amor. Todo lo que he recibido es como un jardín de hierbas y yo soy la flor y florezco. Las flores florecen si el alrededor es afín a que florezca.

Supongo que sus aficiones no se alimentan solo de música.

—Afortunadamente, eso sería terrible y dejaría mi mundo muy reducido. Me encanta leer. Soy muy aficionada al cine, pero, sobre todo, me gustan mucho las series. Podría decir que soy una serieadicta. Me encanta perderme en los sitios, estar en un pueblo desconocido y descubrirlo, pasear... Me gusta esquiar, nadar, ir a la playa.

Es una pregunta muy recurrente. ¿Les preocupaba a sus padres que no tuviera plan B?

—Sí, claro que les preocupaba. Pero ahora han dejado de preocuparse y están muy contentos. Todos tendríamos que hacer aquello que nos gusta. En mi caso, el plan A es el plan B.

Siempre tendemos a etiquetar...

—No soy muy de etiquetas. Me suelen dar igual las etiquetas.

¿Y cómo calificaría su música?

—Realmente me es muy difícil hacerlo. ¿Sabes lo que te digo? Que la gente escuche mi música y luego decida donde la meta.

Hay pocas mujeres al frente de una banda. ¿Sigue siendo más fácil para los chicos?

—La vida en general es más fácil para un chico que para una chica. Se juzga mucho más a una mujer que a un hombre. A pesar de todo eso, creo que en el mundo de la música los referentes hay que buscarlos en las mujeres. Me alegra un montón ser contemporánea de ese arte femenino que está demostrando toda su valía.

¿Cómo ve a su público desde lo alto de un escenario?

—Como una visión privilegiada hasta que te encienden el foco y muchas partes del concierto las ves en negro, solo te llega el sonido. Cuando vuelven a encender las luces ves a la gente aplaudiendo y se te hacen los ojos txibiritas.

¿Cuáles son su músicos de referencia?

—Tengo muchas referencias. Siempre ha sido una referencia muy importante Nora Jones. Escucho mucho la música de Rosalía. A Ella Fitzgerald la sigo escuchando; también a Billie Eilish... La verdad es que estoy a tope de referencias.

La música es algo que suele perdurar en el tiempo. ¿Cómo le gustaría que recordaran la suya?

—Uy, qué pregunta. Me gustaría que recordaran mi música como la de una mujer que ha sabido vivir, vivir bien.

Ya ha dicho que no tenía plan B, pero ¿de no ser cantante se vería en alguna otra profesión?

—Creo que no lo sé, creo que nunca lo sabré, pero de momento es algo que no voy a descubrir. Por ahora sé lo que tengo y a lo que me dedico, por qué pensar en otras cosas.

Llegan tiempo de fiestas. ¿Le gustan?

—No me gusta salir de fiesta, prefiero otras cosas más tranquila. Ya te he dicho que soy muy casera, pero nunca me ha gustado ir de fiestas, ahora y tampoco antes.

“La vida siempre es más fácil para un chico que para una chica. Se juzga mucho más a una mujer que a un hombres”

“Me gustaría que recordarán mi música como la de una mujer que siempre ha sabido vivir, pero vivir muy bien”

“Aspiro a hacerme mayor cantando. Aspiro a seguir disfrutando de la música como lo estoy haciendo ahora mismo y no es poco”

“No me gustan las giras largas, las prefiero cortas y poder volver pronto a casa. Soy muy casera, pero también viajera”

“Uno de mis referentes musicales más importantes en Nora Jones. Sigo mucho a Rosalía y me sigue gustando Ella Fitzgerald”