Sabe que en ocasiones el mundo de la banca no se gana los parabienes de la sociedad. Cree que en algunos es merecido ese despego que muestran algunos, aunque él está convencido de que no todos los casos son iguales. BBK es el 57% de Kutxabank y como parte importante de la sociedad vasca está dispuesto a dar el do de pecho para resolver muchos de los problemas que afectan al universo bancario. El miércoles DEIA le entregará el premio Talent CEO. En una entrevista con nuestro periódico, Xabier Sagredo relata cómo se vivió la situación cuando el 14 de marzo de 2020 se decretó un estado de alarma que llevaba implícito el confinamiento domiciliario. Prefiere hablar de inversiones y no de gasto. BBK sigue adelante con sus proyectos de Obra Social y con apuesta por el talento sin renunciar en ningún momento a los avances tecnológicos y a la digitalización. En la unión de personas, talento y tecnología ve el futuro de la banca para los años venideros. Sagredo apunta que Kutxabank es la empresa más grande de Euskadi y que aporta un 2% del PIB vasco. En su día tomó la decisión de no salir a Bolsa, una decisión que tuvo sus críticas y fue cuestionada, pero que hoy se considera un acierto.

¿Podríamos hablar de tiempos revueltos en el universo de la banca a nivel general?

—Lo son, pero tampoco son tiempos nuevos, los llevamos encima desde hace ya unos años. Creo que llevamos con tiempos revueltos un rato largo. Creo que llevamos con tiempos revueltos en la banca desde siempre. Podemos fijarnos en 2008 con la caída de Lerman Brother; en 2012 con problemas de solvencia; 2013, Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias obligándonos a la transformación de las Cajas que quedábamos entonces, y hoy continuamos con problemas de rentabilidad y problemas de negocios de banca. Un sinfín de problemas.

¿Y cómo se sitúa BBK en este sinfín de problemas?

—Vivimos en un universo con problemas, pero somos capaces de salir de estos problemas. Tratamos de resolver todos los cambios que se nos presentan y vivir dentro de estos tiempos revueltos a los que tú aludes con solvencia.

Durante un tiempo se puso en cuestión que ustedes no salieran a Bolsa. Usted se opuso. ¿Lo considera un acierto?

—Sin duda, fue un acierto. Eso lo dicen los números y lo dicen los comparables. Quiero aprovechar a decir una cosa, la ley de Cajas y Fundaciones Bancarias no decía que tenías que salir a Bolsa. Lo que decía es que si querías pasar a una situación diferente, tenías que perder el control del banco. Si era en Bolsa o no, ese era otro tema.

Perder el control no entraba dentro de sus cálculos, ¿no?

—No es verdad eso que se dice que yo prohibí salir a Bolsa. Lo que decidí es seguir ostentando la participación mayoritaria en el banco y por lo tanto darle estabilidad. Lo que quería es que el banco (Kutxabank) siga con nosotros en Gran Vía 30, es donde tiene que estar.

Lo que está claro es que con tiempos revueltos o sin ellos ha cambiado la forma de consumo bancario y mucho.

—La sociedad ha cambiado y con los cambios de la sociedad todo se modifica. Nosotros vamos con los tiempos y nos adaptamos a todo lo que llega y lo hacemos con garantías para todos.

¿Triunfará de forma absoluta la banca digital sobre la banca tradicional, la de las oficinas y la atención presencial?

—Tengo mis dudas sobre que solo tengamos que hablar de banca digital. Creo que va haber diferentes segmentos, como lo ha habido en todo. Siempre he estado en el mundo de la banca. Nada más acabar la universidad entré en una sucursal bancaria. En la antigua Caja Rural Vasca, hoy Caja Laboral, y he visto que hemos estado acostumbrados todos a transformarnos constantemente. Hoy con mayor velocidad se está imponiendo el ámbito de la digitalización, pero no en la banca, en todas las empresas.

Hemos visto cómo han desaparecido muchas sucursales bancarias.

—Sí, es cierto. Pero hay algo que la digitalización nunca va a poder sustituir, las personas. Las personas son el talento, la atención personalizada, el trato cara a cara. Detrás de unas máquinas que te pueden ofrecer grandes programas donde puedes discernir cuál es el mejor producto que se puede ofrecer, estoy seguro que el valor añadido que el cliente estará dispuesto a pagar, será el del talento de la persona que le va a aconsejar. La unión de personas con talento y con tecnología va a ser el futuro de la banca. Eso significa que tecnología, sí; personas, también. No me caben dudas sobre la importancia de la atención personal y el trato directo entre nuestra gente y los clientes.

Hace unas décadas, nuestros padres veían como un trabajo seguro y de por vida el entrar en una caja de ahorros o en un banco. Un concepto que hoy no parece vigente, más bien lo contrario, ¿no le parece?

—Ja, ja, ja... Es un concepto que no solo se ha acabado en la banca, también en otros muchos sectores. Aun así, soy de los que piensan que el talento va a ser lo que quede para el futuro. En la banca, desde luego, pero también todos los sectores. Cuando haya talento en la banca, vamos a tener un reto, retenerlo.

¿Optimista?

—Sí en ese sentido. Sigo participando de ese optimismo en estas cuestiones. Tener un banco, un grupo como el nuestro, tendría que ser considerado un orgullo, sobre todo porque nuestra gente va a poder trabajar. Hace poco ha anunciado Kutxabank que vamos a proceder a ingresar cerca de 70 personas con talento: matemáticos, economistas, abogados... Queremos que gente con talento se vaya incorporando a nuestro grupo. Esto es muy importante como país. Es importante que tengamos centros donde nuestra gente pueda trabajar y luego ya veremos si somos capaces de retenerlo. Lo que quiero es que cuando sean buenos se queden con nosotros.

La banca, los banqueros, gozan de mala fama. La sociedad no siempre confía en las entidades bancarias.

—Y muchas veces esa mala fama es merecida, no digo que no tenga una parte de razón. Soy de los que piensa, quizá por pertenecer a una determinada generación, que tenemos que ofrecer una cara distinta a la sociedad. Tenemos que aportar a la sociedad otro prisma para que vean una banca que les llegue a convencer.

¿Qué podríamos o tendríamos que ver a través de ese prisma que pueda ofrecer la banca?

—Una banca más social, más sostenible. Una banca que lucha contra el cambio climático, que apoya los criterios ambientales y de gobernanza. Nosotros queremos mantener esa pujanza por un desarrollo que sea sostenible. Vuelvo a lo anterior, peleamos por apostar por las personas y el talento. Si damos todo esto, creo que la sociedad va ir viendo que la banca es necesaria y que la banca es un buen producto. Por cierto, también nosotros hemos sido esenciales durante toda esta pandemia que estamos sufriendo.

Siempre necesitamos dinero y gestiones bancarias, incluso encerrados en casa.

—Hemos estado día a día dando servicio a nuestros clientes. Hemos tratado de estar ahí y creo que merecemos que la sociedad nos dé confianza. En la banca también somos buenos, hay gente muy dispuesta y decidida a hacer bien las cosas.

El 14 de marzo de 2020 nuestras vidas cambiaron de la noche a la mañana, todo se puso patas arriba. ¿Fue difícil organizarse en una empresa como la suya?

—En BBKpracticamos una diligencia que nos parece básica, preferimos utilizar el término invertir, no el de gastar. Para lo que otros eran gastos, para nosotros era invertir en nuestra gente y en todos los que se relacionaban con nosotros. Pusimos en marcha el teletrabajo y burbujas 50% por 50%. Hemos dado la posibilidad de conciliación familiar a todos los nuestros. Hablo de la BBK, no hemos tenido ni un solo infectado en nuestras instalaciones. Eso significa que el protocolo Covid ha funcionado. Sí es cierto que ha habido afectaciones en los entornos de nuestra gente y hemos dado todas las facilidades para que nadie tuviera ningún problema a la hora de estar con sus familias.

¿Satisfecho?.

—Creo que hemos pasado, que estamos pasando, con nota muy alta y muy satisfechos esta situación. Hemos invertido en seguridad y salud y creo que ha merecido la pena. No creo que haya sido un gasto, creo que ha sido una inversión, una buena inversión y que hay que seguir por este camino, un camino que llevamos recorriendo desde hace mucho tiempo.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la Obra Social? ¿Ha sido un lastre la pandemia para las causas que apoya BBK?

—Hemos tenido actuaciones que por las condiciones de la pandemia no hemos podido efectuar. Sobre todo no han podido ser todas aquellas que tenían que ver con la afluencia de masas en la calle. Todas aquellas que las autoridades sanitarias nos decían que no se podían hacer, las hemos tenido que aparcar. Desde la BBK nos sentimos muy orgullosos, no solo hemos tenido que atravesar en 2020 un año sin dividendos por indicación del Banco Central Europeo, sino que esas acciones que no hemos podido hacer, las hemos revertido en otro tipo de actuaciones. Han sido de apoyo al comercio, a la sanidad; de apoyo a la cultura. Hemos apoyado a todos los sectores que hemos podido.

¿Ha sido fácil cambiar unos proyectos por otros?

—Ha sido necesario. Había proyectos que por las condiciones sanitarias era imposibles llevarlos a cabo. Hemos estado en otros que eran necesarios para ayudar a resolver la situación que estábamos, que aún estamos, viviendo. Hemos hecho la Obra Social por habitante más grande de todo el Estado.

"Queremos sensibilizar a la gente sobre el cambio climático"

BBK siempre ha estado relacionado con numerosos proyectos sociales y tiene previsto seguir por la misma senda en años venideros. En estos momentos, hay tres proyectos: apoyo al comercio y dos nuevas actividades dedicadas a la sostenibilidad y el cambio climático.

¿Ha cambiado el concepto de Obra Social?

—Sí. Hemos pasado de una obra social asistencial a una obra social más dinámica y vertebrada en toda la sociedad. Estos meses han sido muy importantes porque han ayudado a replantearte muchas acciones

¿Cuál es el proyecto de Obra Social más importante que tienen entre manos?

—Tenemos tres con los que estamos muy ilusionados. Aprovecho esta oportunidad. El primer proyecto está destinado a la digitalización de comercio. Este lo vamos a hacer en colaboración con la Diputación de Bizkaia.

¿Cómo va a ser ese apoyo que van a proporcionar al comercio?

—Hemos presentado una plataforma digital para que los comercios puedan vender sus productos desde la propia tienda o hacerlo on line. Si se hace de forma digital el consumidor podrá recoger lo que ha comprado en la propia tienda o haciéndolo llegar a sus casas. Esperamos que los vizcainos apoyen. Ese una de las acciones en la que nos hemos implicado y estamos muy ilusionados con que todo salga adelante.

También tienen un proyecto destinado a los objetivos sostenibles, ¿no?

—Sí. En octubre inauguraremos la Casa de los Objetivos Sostenibles. Será un lugar donde se investigará y contaremos con la participación ciudadana. Queremos apoyar todas aquellas iniciativas que se presenten para conseguir que Bizkaia sea un lugar sostenible.

Parece que la sostenibilidad se ha convertido en un objetivo de primer nivel.

—Para nosotros sí. Intentaremos contar en este cometido con todos los apoyos necesarios.

Hablaba de una tercera iniciativa dentro de la Obra Social.

—También está relacionado con el cambio climático. Para primavera del años que viene, inauguraremos en Busturia, en Urdaibai, BBK Klima. Será un gran centro de formación y de ocio para que las familias de cualquier edad puedan disfrutar de los parajes tan impresionantes que hay en la zona. Queremos sensibilizar a la gente del cambio climático y también les ofrecemos pasarlo francamente bien con cine, con tirolinas y con un montón de actividades que esperamos que una vez abierto este centro resulte muy satisfactorio.