A Jesús Cintora le gusta contar y analizar los acontecimientos que llenan la actualidad y que por cierto últimamente son muy intensos. Pese a ser un reconocido periodista y presentador de televisión, dice que aún no ha encontrado una oferta desde que salió, contra su voluntad, de Las cosas claras, en La 1.
Acaba de presentar su nuevo libro: No quieren que lo sepas
En un país donde hay policías, inspectores de Hacienda o periodistas que son apartados por hacer correctamente su trabajo, algo raro hay, ¿no? El libro habla de esos temas que considero que son troncales y necesarios para que mejoremos como Estado y que están relacionados con las desigualdades, con la justicia, con la política, con los medios...
¿Por qué hay que poner el foco en unos temas que tendrían que estar funcionando solos?
Porque no se les dedica el tiempo debido o se pasa por ellos de puntillas. Creo, aunque sé que no debiera decirlo, que la editorial apostó por él porque es un libro valiente. Probablemente lo es porque me estoy encontrando con dificultades con algunos medios.
¿Censura?
Bueno... Cancelan algunas entrevistas antes de hacerse por extrañas razones... Está claro que no es un libro cómodo para algunos.
Usted siempre se ha caracterizado por hacer amigos, ¿no?
Ja, ja, ja.. Tengo amigos periodistas, músicos y de otros sectores, como todo el mundo, pero entiendo tu sarcasmo. Lo que tengo que decir es que no hago periodismo para hacer amigos. Los amigos están en la vida privada de cada uno.
¿Para quién hace usted periodismo?
Para el público, para que la gente tenga conocimiento de asuntos que le interesan. Hay muchos tipos de periodismo: deportivo, cultural, musical... El periodismo por el que yo he optado es un periodismo de denuncia y este libro es un ejemplo. Trata poner luz donde otros ponen oscuridad.
¿Vivimos en un mundo de muchas sombras y poca claridad?
Más que sombras, hay gente importante que puede decidir dónde no llega la luz. Hay presidentes de alguna empresa energética, constructora...
Y algún banco.
También. Pueden tener una capacidad como para presionar a gobiernos e influir en medios de comunicación. O un rey emérito que quede impune a pesar de toda la corrupción conocida... Hay aspectos en los que hablar en términos de justicia... De todo esto va el libro. Hay cosas que no se nos cuentan, pero que hace que esté ahí la mano que mece la cuna.
¿Solo una mano mece la cuna?
No. Es evidente que hay más de una mano que tiene la sartén por el mango. Es evidente que hay temas que no se tocan en los medios de comunicación y sobre los que se pasa de puntillas.
¿Qué parte de responsabilidad tienen los profesionales del periodismo?
Como en todo, en esta profesión hay bueno, malo y regular. Hay profesionales muy honestos que hacen muy bien su trabajo y hay otros que censuran temas por aquello de no complicarse la vida o por considerar que así van a mantener su empleo. También están los que deciden que van a ser el altavoz de tal o cual interés político, y hay una debilidad en el sector por la precariedad o porque el consumo de medios está cambiando por las nuevas tecnologías.
¿Periodismo incisivo?
No me gusta hablar de periodismo incisivo, simplemente creo que es periodismo. Quizá se podría decir que hay periodismo y periodismo complaciente.
¿Le hubiera ido mejor en televisión si hubiera cerrado la boca o se hubiera mordido la lengua?
No lo sé. Esto lo tiene que decir quien ha decido que yo no esté. Sé las oportunidades que se me han dado y que hay programas, ahí están los datos, que gozaban de una buena audiencia, que al público le gustaban, y que cumplían los requisitos que nos pidieron: que gustasen a la gente. Yo nunca he hecho programas para tal o cual político, sino para el público en general.
¿Los políticos no son público?
Sí, claro que lo son, pero son solo parte de ese público. A partir de ahí, te puedo dar explicaciones del trabajo que realizo. Sobre las decisiones de quitarme debieran responder aquellos que las han tomado y a poder ser, ajustándose a la verdad.
Vivimos un periodismo con demasiada opinión, tanto que la opinión sobrepasa a los datos.
Siempre me ha gustado defender el periodismo de rigor. El periodismo que tiene la capacidad de contar lo que pasa y hacerlo con criterios de veracidad y agilidad. He tenido la suerte de trabajar en espacios de ese tipo y es lo que he hecho en toda mi trayectoria. Yo no tengo una condena por mentir. Nadie me ha dicho que me quitaran un programa por haber mentido.
¿Y sobre el exceso de opinión?
Me ha gustado dar voz a gente que en muchos casos era nueva en la televisión, voces de distintos signos.
¿Tiene algo que ver este libro con el que escribió en 2017, Conspiración
Este es una reflexión sobre temas de Estado. Creo que ha habido avances importantes, pero en la espina dorsal de este país hay mucho que mejorar. No puede ser que la jefatura del Estado pueda ser impune e inviolable. No puede haber tanta relación entre la política y la justicia con decisiones de reparto de organismos oficiales. No puede haber inspectores policiales o de Hacienda apartados según las materias que estén tocando. No puede haber un deterioro del estado de bienestar en favor de negocios privados, como se está produciendo con la sanidad. En los medios de comunicación tiene que haber la mayor pluralidad posible.
Hemos denostado la política y a los políticos. ¿A dónde nos puede llevar ese pensamiento tan crítico?
A ningún sitio agradable. Es bueno tener un criterio, pero no podemos generalizar. Creo en la política y también en los políticos que trabajar para mejorar la situación de los ciudadanos. Pero es cierto que vemos que las desigualdades van en aumento.
En un corto plazo de tiempo hemos vivido eventos que nos han conmocionado: pandemia, el estallido del volcán de La Palma y la guerra de Ucrania. Estamos muy saturados, ¿no?
Grandes noticias siempre va a haber y siempre las ha habido. Lo importantes es cómo afrontarlas y qué lecciones se extraen de ellas. Se ha tratado de simplificar la pandemia y no se ha investigado a fondo lo ocurrido en las residencias o con los comisionistas. En este sentido, hay que investigar cómo mejorar nuestro sistema de prevención. Tenemos que ver cómo mejorar la sanidad primaria, está sobrecargada. Y si hablamos del papel del periodismo, también vimos al que enseguida se convirtió en experto en virus, después se hizo experto en volcanes y ahora en guerras. El opinólogo que habla de todo siempre ha existido y ha habido casos paradigmáticos. Todos estos eventos nos dan un toque de humildad para que veamos que no todo lo controlamos y que tampoco sabemos de todo.
Y todo lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo, trufado con la crisis del PP, crisis que aún no está cerrada del todo.
El Partido Popular cree que es mejor tener a un Feijóo que a un lanzador de aceitunas. También es cierto que están pactando con Vox en algunas autonomías y que aún tienen causas pendientes por corrupción. Es verdad que Feijóo no es Casado, lleva años gobernando, y tiene una experiencia que está ahí para bien y para mal. Ya veremos qué ocurre y cómo se restablece el tablero político.
¿Cree que Casado ha desaparecido del tablero político para siempre?
No lo sabe nadie. Es un claro ejemplo de cómo fue fulminado por los suyos en una jugada fea y extraña. A fin de cuentas, se pudo arreglar algo que parecía turbio con el hermano de una presidenta autonómica lucrándose con operaciones comerciales con el gobierno que ella dirige. Casado tenía sus debilidades, le gustaba mucho la política y quizá llegó a ella demasiado pronto. Fue tan rápido su paso por la política como su carrera de Derecho. Lo que sorprende es cómo se lo quitaron de en medio.
El fuego amigo es más peligroso que el fuego enemigo.
No lo dudes y, sobre todo, en política. Estamos en un momento en el que vemos que la política dedica demasiado tiempo a las guerras internas más que a las medidas y a las gestiones que puedan mejorar la vida de los ciudadanos. No quiero generalizar, que hay otros aspectos muy nobles en la política...
Tan nobles como desconocidos, ¿no?
Ja, ja, ja... La política es necesaria y si no la hacen los elegido por el pueblo, la van a hacer otros. Pero es cierto que se dedica mucho tiempo en las formaciones políticas a trepar, a ocupar el espacio de otros y esquivar a los rivales.
Desde fuera da la impresión de patio de colegio.
Puede ser. Las luchas intestinas dentro de un partido son intensas y constantes. No digo nada del tacticismo por ver cuándo se convocan unas elecciones o de los cargos a los que se dan puestos de confianza y que suelen ser en función de las afinidades en lugar de las habilidades o preparación que tengan.
PERSONALEdad
: 45 años.
Lugar de nacimiento: Ágreda (Soria).
Trayectoria: Sus primeros pasos los dio en medios de comunicación de Pamplona y Soria. Trabajó con Iñaki Gabilondo y con Carles Francino. Dirigió Hora 14 y Hora 25. Ha ejercido funciones de analista político en programas de La 1, Telecinco y Telemadrid. En 2013 llegó a Las mañanas de Cuatro, donde alcanzó el liderazgo en su franja, pero le pusieron de patitas en la calle. Después presentó Las cosas claras, en La 1, y recientemente lo han cancelado. Acaba de publicar el libro No quieren que lo sepas.