Cuatro mujeres de distintos estamentos -racial, social y económico- que si bien se han quedado sin nada, también han comprendido que si unen sus fuerzas, son capaces de todo. Éste es el punto de partida de Viudas, el último filme del cineasta británico Steve McQueen, director de proyectos como 12 años de esclavitud (2013) o Shame (2011).
En esta ocasión, McQueen lleva a la gran pantalla la miniserie británica Las viudas, que en 1983 mostraba las fechorías de un grupo de mujeres con determinación y dispuestas casi a cualquier cosa. “Vi la serie con 13 años y el hecho de que estas protagonistas lograran sus propósitos cuando nadie las veía capaces me dejó una huella en mi vida”, confiesa McQueen, que también reivindica los cambios realizados en su adaptación: deja atrás el Londres de los 80 para aterrizar en el Chicago actual. ¿Por qué? Se explica: “Quería comentar también la política, la religión, las clases, la raza, la delincuencia y el luto, para ver la ciudad y revertirla cual telescopio para mirar el mundo”.
Así, el filme arranca con la muerte de cuatro ladrones en una explosión durante un robo y cuyas mujeres, que no tienen nada en común salvo la deuda acarreada por las acciones delictivas de sus difuntos maridos, toman cartas en el asunto para decidir su destino y hacerse un hueco a su medida.
Importancia del elenco En un filme con total protagonismo femenino, el equipo buscó reunir un elenco brillante: la oscarizada actriz Viola Davis fue la elegida para encabezar a la líder de las viudas, grupo cuyos papeles completan Michelle Rodriguez, Elizabeth Debicki y Cynthia Erivo. “Todos son grandes actores y quieres crear un ambiente seguro en el que puedan experimentar y explorar, donde poder darse de bruces, levantarse y volver a intentarlo en busca de alguna verdad”, apunta McQueen sobre su elenco, que en el plano masculino está compuesto por nombres como Colin Farrell, Daniel Kaluuya, Carrie Coon, Robert Duvall o Liam Nesson.
Y también, como si de un personaje más se tratase, Chicago no es solo telón de fondo de la película, sino casi parte protagonista. “Estamos hablando de una ciudad vibrante, pero también con barrios con altos índices de delincuencia; hay segregación y eso solo ocurre cuando hay corrupción”, reflexiona McQueen. Por ello, todos los exteriores se rodaron en la misma ciudad, sin realizar trucos visuales. Un total de ocho exteriores, cuarenta dobles y especialistas y más de ochenta personajes con diálogo completan la producción, de gran escala, en un filme de ladrones en femenino. “Creo que esta será una de esas películas que te cuentan cosas que no veías venir, sorprenderá”, concluye el director del proyecto, ganador de un Oscar y Bafta por 12 años de esclavitud.