SIN luz, no existen colores. Sin luz, no existen imágenes. Sin luz, es imposible poder hacer una película”, sostiene Naomi Kawase, directora de Hacia la luz. La cineasta japonesa ha escrito y dirigido un filme donde la pasión por el cine, las imágenes, y, por supuesto, la luz son protagonistas.
Se trata de la historia de Misako, una apasionada guionista de películas para invidentes. En una proyección cinematográfica conoce a Masaya, un fotógrafo mayor que ella que está perdiendo su vista lentamente. Misako pronto descubrirá las fotografías de Mayasa, que la transportarán a algunos recuerdos de su pasado. Juntos aprenderán a ver de manera resplandeciente el mundo que antes era invisible a sus ojos.
“En la superficie, Misako y Nakamori parecen tener valores opuestos, y se repelen, pero en el fondo tienen cosas en común. Y es cuando al sumergirse en la profundidad de cada uno, nace una relación real”, apunta Kawase. En el rodaje, la luz juega un papel clave.