La semipeatonalización de la calle García Rivero emprendida el pasado mes de febrero dentro de la segunda fase de las obras de Rodríguez Arias no ha salido según lo previsto. El Ayuntamiento de Bilbao ha detectado un “defecto de calidad” en el embaldosado de la vía que requerirá levantar la totalidad del suelo y volver pavimentarlo. No obstante, fuentes municipales confirmaron ayer que esta subsanación no se hará efectiva hasta septiembre, para no interferir en la actividad de los locales hosteleros de la céntrica calle.
Concretamente, según han expuesto desde el área de Obras Públicas y Servicios, la imperfección corresponde a la calidad y el tono del material suministrado para las características baldosas de tipo Bilbao, losa hidráulica de cemento, generalmente, de color gris y con el dibujo de una flor. “Desde el Ayuntamiento no vamos a dar por bueno un acabado que no cumpla con los estándares exigidos, por lo que hemos pedido levantar la totalidad de las baldosas y que se vuelva a pavimentar esta calle”, ha explicado el concejal Kepa Odriozola.
Sin embargo, para no interferir en la actividad de los locales hosteleros de la calle, que tienen autorizada la instalación de terrazas durante el mes de agosto, desde el Consistorio se ha decidido posponer esos trabajos. “Arrancarán los primeros días de septiembre y estimamos que se prolonguen durante cinco o seis semanas. Somos conscientes de las molestias que esto puede suponer y pedimos disculpas de antemano a la ciudadanía por ello. Pero debe quedar claro que nuestro compromiso es firme: actuar con responsabilidad, garantizando unos acabados a la altura de Bilbao en las obras públicas que impulsamos desde el Ayuntamiento”, ha reiterado Odriozola.
Las obras de García Rivero se enmarcan dentro de un proyecto que contempla la eliminación de los aparcamientos y la reordenación del espacio con nuevas terrazas, árboles y bancos. El ámbito de actuación afecta a un tramo de 100 metros de longitud, aproximadamente. El ancho de 15 metros está dividido en un carril central, con un ancho de vial de 3,50 metros y aceras de 5,70 metros a cada lado. De esa forma, pasa a ser plataforma única, igualando la cota de uso rodado con peatonal.