pARÍS, el lugar donde todos los sueños son posibles, es el escenario de Ballerina, una película de animación dirigida a toda la familia. En la cinta, Felicia es una niña que, tras perder a sus padres, vive en un orfanato en su Bretaña natal. Su pasión es la danza y sueña con convertirse en una bailarina profesional.

Para conseguirlo, se escapa con la ayuda de su amigo Víctor hasta París. Allí se hará pasar por otra persona para convertirse en alumna de la Ópera de París y compartirá divertidas aventuras con su joven amigo inventor. La historia de la película se desarrolla a finales del siglo XIX, en un momento fascinante en la capital francesa. El Barón Haussmann ha empezado la ampliación de plazas y avenidas que van a transformar la ciudad, y se están construyendo dos monumentos emblemáticos: la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad, que Francia regalará a Estados Unidos.

Ballerina es un tributo a la ciudad del Sena, al mundo de la danza y a la Ópera de París. Al estilo de Billy Elliot o Karate Kid, Ballerina es un relato de superación en la que la joven Felicia recorre un camino personal y aprende a conocerse, a estar en paz con sus raíces y con su herencia. También es una historia de amistad entre los dos jóvenes protagonistas, Víctor y Felicia, que son dibujados como dos personas con sus defectos y sus dudas, buenos pero no perfectos, lo que hace sencillo al espectador identificarse con ellos. La producción de la película ha corrido a cargo de los franceses Nicolas Duval, Yann Denou y Laurent Zeitoun, pertenecientes a Quad Films, la productora de títulos tan exitosos como Intocable.

Klaus Badelt (Piratas del Caribe, Poseidón) es el autor de la música, y las coreografías son obra de Aurelie Dupont y Jeremie Belingard, embajadores mundiales de la Ópera de París.

Como en toda película de animación, el proceso de producción ha sido largo. Tres años, uno en Francia y dos en Canadá, en los que han intervenido hasta 200 personas en el trabajo de estudio.