EL joven Xavier Dolan, de tan solo 25 años, estrena su quinta película, Mommy, que obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Cannes. En ella, el realizador canadiense regresa al tema de su primer filme Yo maté a mi madre (2009) -las relaciones madre e hijo-, aunque desde un punto de vista distinto. Si aquella historia se desarrollaba a través de los ojos de un adolescente caprichoso, Mommy se centra en las adversidades de una madre.

La película cuenta la historia de Diane, Die (Anne Dorval), una viuda que debe hacerse cargo de su problemático hijo de 15 años, Steve (Antoine Olivier), hiperactivo, impulsivo y violento.

Desde que murió su padre, Steve ha pasado por todos los centros especializados en chicos con problemas de conducta, batiendo un récord: le han echado de todos ellos.

Madre e hijo se esfuerzan para encajar y llevar su obligada convivencia lo mejor posible. La llegada de Kyla, una nueva vecina, les marcará. Juntos encontrarán un nuevo equilibrio y recobrarán la esperanza.

Según ha señalado Dolan, la figura de la madre le inspira: “Es ella la que quiero ver ganar todas las batallas, para la que quiero inventar problemas para ver cómo los resuelve, a través de quien me hago todas las preguntas, a quien quiero oír gritar cuando nadie dice nada, es ella quien quiero que tenga razón cuando todos nos equivocamos, es ella la que tendrá la última palabra, no importa de qué”.

Dos caras conocidas y una promesa Anne Dorval, que ya actuó en las películas de Xavier Dolan Yo maté a mi madre (2009) y Los amores imaginarios (2010) interpreta a la madre protagonista. Su papel es el de una luchadora nata, que quedó viuda hace tres años y tuvo que comenzar de cero.

Suzanne Clément, actriz de varios proyectos de Dolan y Premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes por Un Certain Regard (2012), interpreta a una profesora que quedó prácticamente muda al sufrir un trauma. Su relación con Steve y Die hace que recobre la esperanza y parece alejarla de su turbulento pasado.

Antoine Olivier, al que Dolan ya descubrió en Laurence Anyways, es el joven que da vida a Steve. Su papel es el de un adolescente chillón, desbocado, con fuerte carácter, que va por la vida con los sentimientos a flor de piel y hace muy complicada la convivencia con su madre.

1:1, el cuadrado perfecto Mommy está hecha en formato 1:1, más allá de lo que siempre se ha llamado formato cuadrado (el 1.37:1), por lo que la pantalla queda configurada como una especie de iPhone colocado en posición vertical. En palabras del director, “el cuadrado perfecto que se obtiene, enmarca los rostros con tal simplicidad, que parece la forma ideal para los planos de retrato. En un espacio tan restringido que no hay lugar para distracciones, ni añadidos. El personaje es el centro de todo, ineludiblemente el centro de nuestra atención. Nuestros ojos no pueden escapar de él, o ella. El 1:1 también es el ratio preferido de André Turpin, director de fotografía de la cinta.

A la hora y veinte de metraje, el espectador se vuelve a sorprender, ya que se produce un cambio en la relación de aspecto, con el que se pasa de ese vertical al habitual panorámico horizontal, justo cuando los personajes se separan de la realidad, fundiendo a la perfección el fondo y la forma de la historia.

Como en Los amores imaginarios y, sobre todo, Laurence Anyways, Dolan muestra su capacidad visual y su categoría para conjugarla con las músicas. Las canciones que recorren la banda sonora entran enteras sin detener la narración un segundo.