bilbao. Javier Gurruchaga (Donostia, 1958) quiere que vuelva a surgir el espíritu ochentero, el show y la fiesta en el programa que desde ayer presenta Carlos Latre en La 1 de Televisión Española. Él es miembro del jurado de este espacio y quiere ejercer el cargo de forma amable y sin herir a los que participen como concursantes. Le gusta esta televisión que mira al pasado y en la que él se siente espectador y protagonista de un festival de música y diversión. Provocador de los 80, en una sociedad que despertaba tras el Franquismo, recuerda canciones suyas como Muñeca hinchable o Gordas, el show donde el lobo era tierno y amable y Caperucita la mala del cuento.
Javier, vuelta a Televisión Española?
Hacía tiempo que no pasaba por aquí y estoy encantado de mi regreso. Fue en esta casa donde comenzó a conocerse mi trabajo.
¿Cuánto tiempo hace que está alejado de las cámaras de televisión?
Unos diez años. La última vez fue en Localia. Allí hice un programa diario muy simpático. Se llamaba La cucaracha exprés. Pero lo que es televisión con glamour hace más de veinte años que no hago. En Telecinco hice El huevo de Colón. Pero cuando yo hablo de televisión me viene a la memoria, supongo que a muchos también, La bola de cristal, fueron 130 programas. Con Viaje con nosotros nos dieron el premio Ondas. Tengo muy buenos recuerdos de la televisión. Estamos hablando de hace mucho tiempo, creo que de 25 años.
¿Echaba de menos hacer televisión?
No, siempre hay otros proyectos que hacer pero tengo que reconocer que es agradable volver a ponerme ante las cámaras y hacer de jurado en Uno de los nuestros. Es un programa fantástico, un espacio que cuenta con una orquesta increíble, muchos de los que están en la orquesta han tocado conmigo y son unos showman increíbles. Estoy muy en mi salsa.
¿Va a ser un jurado duro?
Qué va, para nada. Voy a decir las cosas con amabilidad y dulzura, como soy yo. Las cosas hay que decirlas con ironía, humor, amor y sin ser hiriente.
¿Cómo ve usted el programa?
Con un concepto muy de espectáculo, muy de Las Vegas. No se centra en el individualismo de la voz de los participantes, tiene más concepto de banda, tiene humor, un humor también un poco gamberro? Hacemos show y nosotros también cantamos de vez en cuando. Se trata de dar un aire de banda como en los años 40 o 50. Con este enfoque esperamos conseguir a lo largo de los programas la magia que se necesita para que el espectador se siente y nos vea.
La programación de 'Uno de los nuestros' ha desplazado a 'Informe semanal' a la madrugada.
Me he enterado hace nada, una hora antes de hablar contigo, qué quieres que te diga?
'Informe semanal' es un programa histórico de TVE.
Ya, todos hemos visto aluna vez Informe Semanal, es un programa sensacional; pero supongo que TVE quiere recuperar espacios de entretenimiento. Quizá por los tiempos tan duros que corren para todos, puede que hayan pensado que mejor que no haya tantas malas noticias y que después del Telediario vaya un programa donde se cante, donde haya un espectáculo y donde la gente puede estar entretenida. Es volver a ese espíritu de las galas del sábado?
Muchos critican la televisión. ¿Cuál es su valoración?
Ahora se están cambiando muchas cosas, hay formatos que se están quemando, como pasa con las personas, nos vamos haciendo mayores; la televisión son ciclos donde hay unas cosas y otras. Quizá lo que yo más vea sean informativos y documentales, también películas. Programas de entretenimiento veo algunos para ver qué se hace.
¿Qué le atrae de los informativos: política, deporte, cultura??
Pues no lo sé, porque la verdad es que últimamente son poco estimulantes. Hay documentales de viajes y viajeros que me gustan mucho?
¿Le gusta viajar?
Sí, pero ver el mundo a través de la televisión te ofrece una forma de viajar muy distinta. ¿Sabes lo que me gusta? La recuperación de la memoria y Uno de los nuestros es una oportunidad para volver a los viejos shows de antes. El sábado es un buen día para remover el espíritu ochentero, también setentero? a mí me parece bien todo lo que sea evadirse un rato de la realidad.
Conseguir buenas audiencias está difícil. ¿Cree que va a gustar el programa?
Eso ya nadie lo sabe, pero no veo por qué no va a gustar, la noche del sábado es muy familiar y yo en todo lo que pueda aportaré mi granito de arena para que la gente se lo pase muy bien.
¿Qué tipo de música va a primar?
No es pura mecánica y máquina, tendrán armonías muy audibles. Está muy presente lo contemporáneo, habrá canciones populares que suenan en todos los lados. Van a ser programas muy abiertos y yo, como espectador, recibiré muy bien que alguien cante una copla o un tema de Nino Bravo. Como jurado, voy a ser amable, nada hiriente, para que el que participe no lo pase mal. Queremos que el programa sea una fiesta, donde todo el mundo se divierta; el que está en su casa viéndonos y los que estamos en el plató organizando y animando la fiesta. No queremos que haya malos rollos ni angustias descalificadoras.
Le veo muy blando.
¿Cómo jurado? No. Yo quiero que haya armonía que las cosas se digan con gracia y no hundir a nadie. Queremos participantes que tengan capacidad de comunicación, de improvisación, que sepan estar dentro de un show y que se lo pasen bien; si ellos se lo pasan bien, los demás también. Es lo que yo me he dedicado, al show, quiero que sea un fotomatón de lo que he hecho toda mi vida y de lo que voy a seguir haciendo.
Javier, ¿tan vivo como siempre o desencantado de algunas cosas?
Sigo con ilusión, estoy desencantado de algunas cosas, de otras? La vida es muy intensa y controvertida y hay que disfrutarla, incluso cuando algunas cosas te desencanten. Mi vida, como la de todos, tiene muchos colores, muchas luces y sombras.
Han pasado años desde su primer disco, aquel que escandalizó a muchos.
La Orquesta Mondragón empezó en 1976. ¡Qué tiempos! El primer disco lo grabamos en 1979, Muñeca hinchable. Han pasado ya treinta y tantos años. En este tiempo hemos sacado más de una docena de discos con mayor o menor fortuna.
No lo niegue, le gustaba provocar.
Estábamos en plena Transición y había que remover un poco el espíritu. Era una canción iconoclasta. También lo fue la portada. Eran tiempos donde todavía había censura, empezaba también lo que se llamó luego la movida y muchos grupos empezaban a hacer cosas interesantes. Una época para recordar.
¿Qué es lo que provocaba a la sociedad de entonces?
Más que las letras de las canciones, provocaban los shows de televisión. Representar en escenario Muñeca hinchable o Gordas tenía su cosa. El lobo también fue una provocación en la época, Caperucita es la mala y el lobo es un tierno y un romántico. Las canciones tenían ese duende de moscas cojoneras. En las letras hacíamos humor negro, era divertido, los tiempos lo necesitaban.