Bilbao. Telecinco emite hoy la segunda y última entrega de esta tv movie sobre Mario Conde, que recoge desde su ascenso a la presidencia de Banesto hasta su estancia en la cárcel.

La cadena define la serie como "un thriller político y financiero"...

Yo estoy muy contento con el envoltorio: la propuesta estética y de género me gusta mucho y además creo que da para acercarse al cine negro con todos los tejemanejes del mundo de la banca y de la política.

¿Mario Conde está de acuerdo con lo que se ha rodado?

Sí, el otro día dijo que lo importante no era el personaje y le entiendo porque desde su versión esta historia viene a desenmascarar muchas cosas que pasaron en esa época y a salpicar a diestro y siniestro. La clase política sale bastante escaldada.

¿Cómo eran sus conocimientos sobre Conde antes del rodaje?

No le conocía en profundidad, ni mucho menos. Para este proyecto me empapé de su figura y del contexto político y financiero y al documentarme vi que lamentablemente guarda un paralelismo bastante cercano a la actualidad.

Usted tiene 37 años y Mario Conde a los 39 era presidente de Banesto. ¡Ya puede espabilar!

Voy tarde ya, ja, ja, ja. Es uno de los aspectos que más me impactaron del personaje. De hecho supe que sus notas de cuando estudiaba para abogado del Estado todavía no han sido superadas. Es una mente privilegiada. Ese ir siempre varios pasos por delante es uno de los aspectos que más hemos trabajado.

¿Qué le pareció su libro?

Para mí fue un material maravilloso porque no solo cuenta su versión de los hechos, sino que a veces entra en detalles y en sutilezas que como actor me ayudaron muchísimo. Cuenta lo que pasaba externamente pero también cómo lo vivía él internamente.

En algún momento usted parece el propio Mario Conde...

Es una de las cosas que más miedo me daba y el director, Salvador Calvo, me dijo que no pensara que íbamos a hacer una imitación, que íbamos a quedarnos con la esencia del personaje, con sus rasgos psicológicos y emocionales. Me vi todas las entrevistas que pude de esa época y me fijé en dónde estaban sus tensiones corporales, cómo era su tipo de mirada... yo sentí cierta posesión del personaje. En cuanto a caracterización, no hay más que afeitado y engominado hacia atrás.

No es extraño lo de la "posesión", porque llego a prestarle parte de su vestuario...

Sí, nos dejó una corbata fetiche que usaba para cerrar operaciones importantes con unos elefantes con la trompa hacia arriba.

¿Tuvo que tomar rayos UVA?

Sí, arrancamos justo con los días de mayor gloria, con las reuniones en su casa de Mallorca, cuando todo le iba bien... Yo no estaba muy moreno y tuve que hacer unas sesiones exprés. Según avanza la historia, sufre el descenso y ya era más cuestión de ponerme maquillaje pálido y ojeras que de bronceado.