bilbao. Los profesionales de la información de EITB votarán hoy el texto del Estatuto de Redacción que ha elaborado el director general y miembros del Consejo Provisional de Redacción, sin que se haya dado oportunidad a los miembros del Consejo de Administración de EITB, al menos por los cauces oficiales, de tomar parte en su diseño.

El texto tiene sus detractores y defensores. Incluso se ha producido confusión para ver qué colectivos participaban en la votación. Al final serán todos aquellos profesionales que intervienen en el proceso informativos los que hoy puedan refrendar o no el texto con su voto. También ha habido ciertas dificultades para formar las mesas.

El Estatuto de Redacción que hoy se vota en los centros de EITB es fruto de un empeño personal de Alberto Surio. Consta de 94 artículos y en algunos otorga cierto poder a las representaciones profesionales que se formen tras la aprobación de este texto en detrimento de las decisiones del Consejo de Administración. Si el texto se aprueba y tiene el visto bueno de los consejeros el próximo 30 de octubre, se pasará a formar tras un proceso electoral los consejos de redacción, uno por cada una de las empresas que conforman el ente.

Concretamente en el apartado de Los nombramientos y derechos, en el artículo 65 se dice textualmente: "La Dirección comunicará confidencialmente a sus respectivos Consejos de Redacción la propuesta de directora o director o jefa o jefe de los Servicios Informativos antes de notificar al Consejo de Administración estos nombramientos". Si este punto hubiera estado en vigor cuando el actual equipo tomó el mando, Alberto Surio no hubiera podido seguramente realizar alguna de las contrataciones que ha hecho a lo largo de su mandato, sobre todo en ETB.

Sin informe jurídico El Consejo de Administración pidió un informe jurídico para saber si el contenido de este texto y alguno de sus puntos entra en colisión con la Ley de Creación de EITB de mayo de 1982: "Se va a realizar la votación sin que tengamos el informe jurídico, no me parece que lo que está pasando tenga mucho sentido", se queja el consejero Luke Uribe-Etxebarria (PNV).

La queja de parte del consejo es que de repente ha habido demasiada prisa por parte de la dirección general por sacar adelante este texto y de que se les ha ninguneado totalmente. Las proposiciones hechas por miembros del consejo no han sido tenidas en cuenta y se le otorga más poder a los Consejos de Redacción que al propio Consejo de Administración que es quien tiene que dar el visto bueno a este Estatuto.

En alguno de sus artículos, el Estatuto de Redacción contradice muchas de las actuaciones que la actual dirección ha llevado a cabo en la redacción de ETB. El enfrentamiento ocurrido en octubre de 2010 entre el jefe de Política y una redactora por las correcciones que este hizo a una información sobre el Estatuto de Gernika no hubiera tenido lugar de haberse aplicado entonces la filosofía del artículo 64: "En el caso de que la Dirección del ente y la de los Servicios Informativos y Programas (en TV, radio e internet), como máximas responsables de los contenidos de emisión, decidieran retrasar o impedir la emisión de determinadas informaciones, o en su caso, corregir o modificar su contenido, deberán razonar y justificar esta decisión ante los Consejos de Redacción si estos lo demandaran".

Entre los consejeros críticos tampoco se entiende por qué se va a crear un Consejo de Redacción por cada una de las empresas del ente. "Creo que debe ser un único organismo el que defienda los intereses de todos los profesionales de la información. Se puede dar el caso de que ante un problema haya distintas interpretaciones según los distintos Consejos", advierte Uribe-Etxebarria. El parlamentario jeltzale insiste en que no entiende que el director general consienta que a través del Estatuto de redacción los profesionales de la información tengan "mayor capacidad e influencia en los nombramientos de cargos que el propio Consejo de Administración".