Bilbao. En la recta final de una carrera que acaba en noviembre, recuerda los nervios que pasó en el año 2000 con el recuento de Florida y espera con interés los debates cara a cara entre Obama y Romney.
¿Los años de elecciones presidenciales son los de más trabajo para los corresponsales?
Sí, porque el proceso es muy largo. Empezamos en enero con las primarias, luego en verano están las convenciones, en octubre los debates, en medio la elección del candidato a vicepresidente y después los últimos quince días hasta que se vota suelen ser un maratón.
¿Cuántas elecciones lleva usted? ¿Ha acertado el ganador en las anteriores?
Las de este año son mis cuartas elecciones presidenciales. Excepto en las del año 2000, las anteriores fueron bastante fáciles de acertar.
¿Estaba ya en EE.UU. cuando se produjo el decisivo recuento de Florida? ¿Lo pasó muy mal sin poder anunciar quién era el ganador?
Sí, fueron mis primeras conexiones en directo para ETB y lo recuerdo perfectamente. Pasé muchos nervios por el peso que suponía salir en directo sin tener mucha práctica y por lo lioso de la situación. Además, como no había precedentes recientes, todos los periodistas estábamos bastante perdidos intentando averiguar el procedimiento en una elección en la que no había ganador.
¿Esta vez tiene un pronóstico o todavía es pronto?
Creo que Barack Obama seguirá en la Casa Blanca, pero será una elección muy ajustada.
¿Hasta ahora no ha sido todo muy aburrido para la prensa?
Es inevitable no comparar estas elecciones con las de 2008. Aquellas fueron más interesantes para los medios porque trajeron muchas novedades como la candidatura de Hillary Clinton o que Obama fuera el primer candidato afroamericano. De todas formas aún es pronto, según se vaya acercando la fecha y continúe el empate que dan las encuestas entre Obama y Romney las cosas se irán poniendo más interesantes.
Mitt Romney no parece un candidato muy televisivo. ¿Qué imagen ha dado hasta ahora en los debates y entrevistas?
Una imagen de candidato distante y ha metido la pata en varias ocasiones a la hora de transmitir su mensaje. Comparado con Barack Obama es peor comunicador, pero habrá que esperar a los cara a cara.
¿Tiene ganas de ver a los dos candidatos frente a frente?
Me encantan esos debates y por deformación profesional también suelo estar muy pendiente del moderador. Es casi cómo un partido de fútbol americano: hay estrategias, ataques, contraataques, gestos, faltas....
Tras la Superbowl, ¿son el acontecimiento televisivo más seguido?
Cada vez se ven menos porque a través de internet muchos ciudadanos ya tienen una idea de la imagen y de las propuestas de los candidatos, pero muchos indecisos y los que no tienen fácil acceso a internet esperan hasta los debates para decantarse por uno u otro candidato.
¿Cree que es muy importante la imagen que dan en esos debates o están muy mitificados desde el Kennedy-Nixon?
Son obligatorios por ley y suponen un primer test porque siempre hay un ganador y un perdedor. Los que no ven los debates en televisión suelen recibir una valoración de amigos o familiares y creo que siguen siendo muy importantes para que el candidato llegue a todo el país.
¿Le gusta seguir la política estadounidense en una cadena concreta o intenta ver todas?
Intento consumir un menú variado de medios. Canales de noticias de 24 horas como MSNBC y Fox News, radio como la Radio Pública Nacional (NPR), medios de internet como politico.com, el Twitter de varios comentaristas políticos o periódicos como The New York Times y The Washington Post. Intento seguir medios tanto de tendencia demócrata como republicana.
Para enterarse de lo que pasa en el resto del mundo, ¿qué medios prefiere?
Si me tuviera que quedar con una visión general del mundo, sin duda la BBC en todas sus plataformas: web, radio y televisión. Para las noticias de casa, los digitales de prensa y la web de EITB.
¿Hay mucha información en Estados Unidos sobre la crisis del euro o para ellos es muy secundario?
Se habla mucho de la crisis en Europa. He perdido la cuenta de los reportajes con los que el New York Times ha puesto en portada la situación económica en Europa. En la calle también se habla del tema, antes de Grecia y ahora de España. La zona euro es uno de los socios comerciales más importantes de Estados Unidos y lo que pasa en el Viejo Continente afecta a la situación aquí.
¿La mala situación económica ha llevado a más vascos a buscar trabajo en EE.UU.?
Antes se veía gente que venía a estudiar, ahora se ve más gente que viene a trabajar.
¿Este año también ha tenido que ir muchas veces a Wall Street?
He ido menos, pero ha tocado hablar de economía tanto o más que el año pasado: las reacciones de la Casa Blanca a la crisis del euro, los informes de FMI...
¿La otra noticia de 2012 ha sido la reforma del sistema sanitario?
Sin duda. Es la iniciativa política más importante que ha adoptado la administración Obama pero también la más polémica y compleja. Este será, junto a la economía, el tema de las próximas elecciones.
Este verano la gran noticia ha sido la matanza de Denver. ¿Aparte del 11-S, por supuesto, es el hecho más violento del que ha informado?
En cuanto a número de muertos, el tiroteo más grave del que he tenido que informar fue el de la Universidad Virginia Tech en el 2007. Murieron 32 personas.
Pocos días después de lo sucedido en Colorado hubo otra matanza muy distinta en Wisconsin. ¿Pueden influir estos dos sucesos en la campaña?
Llevamos dos tiroteos en lo que va de verano, pero no creo que influya porque los candidatos intentan pasar de puntillas sobre el tema del control de armas. Es muy espinoso y puede costar muchos votos. Para mucha gente que lleva armas es un tema decisivo a la hora de decantarse por un candidato u otro. Y llevan armas personas de todas las ideologías: republicanos, demócratas e independientes. Se dice que en el 2000 uno de los factores que influyeron en la derrota de Al Gore fue su apuesta por controlar más la venta y uso de armas de fuego.
¿El debate sobre las armas es cíclico?
Sí, es un debate que permanece dormido hasta que hay un tiroteo en un lugar público o un niño coge la pistola de sus padres y mata a alguien accidentalmente. La gran mayoría de los estadounidenses está favor del derecho a tener armas, un derecho que está recogido en la Constitución. De un Estado a otro hay muchas diferencias legislativas en cuanto a los controles y límites para vender las armas. En algunos lugares ven como una obligación moral tener armas en casa, no creen que sea bueno que el Estado tenga el monopolio del uso de la fuerza armada. En otros lugares, sin embargo, la gente está convencida de que si hubiera menos armas en manos de civiles habría menos muertos en las calles.