méxico. El destino final de los restos de Chavela Vargas, quien falleció el domingo pasado y cuyo cuerpo fue incinerado ayer, quedó en suspenso después de que una sobrina de la cantante exigiera que le fueran entregados para cumplir la última voluntad de la artista. Gisela Ávila Vargas, sobrina de Chavela, se presentó ayer acompañada de un abogado ante la prensa que cubría el homenaje a la intérprete de La Llorona y Macorina en el Palacio de Bellas Artes para pedir que se cumpliera la voluntad de la cantante.

Junto a su abogado, Ávila leyó un comunicado para exigir que las personas cercanas a la cantante les entreguen sus restos para hacer cumplir su última voluntad de que sus cenizas fueran esparcidas en el mar y no el un cerro en Tepoztlán como se había informado. Ávila, hija de una hermana de Chavela, aseguró que la última voluntad de su tía fue "que sus cenizas sean lanzadas al mar, mitad en Veracruz, Atlántico y mitad Guanacaste, Pacífico".

La amiga y biógrafa de la intérprete de origen costarricense, María Cortina, explicó a Efe que Vargas quería que sus cenizas fueran esparcidas en el cerro Chalchi, en el poblado mexicano de Tepoztlán, y en la comunidad de los indígenas huicholes, aunque aseguró que la fecha para ello todavía no está definida. Cortina afirmó que ese era su deseo y que no pelearía con los familiares de Chavela.

"Chavela ya fue cremada", señaló Cortina, quien aseguró que no tiene "ningún interés de pelear" con la sobrina de Chavela que llegó a México y con la que aún no ha tenido contacto.

Chavela, cuyo nombre real era Isabel Vargas Lizano, nació en Costa Rica en 1919 y cuando era una adolescente viajó a México, donde vivió más de siete décadas.