EL nuevo año empuja a lascostas cinematográficas aun hombre que lleva al menosun lustro en plena forma creativa.Paul Haggis estrena esta semanaLos próximos tres días, unlargometraje que narra los intentosde un tipo, encarnado porRussell Crowe, por demostrar lainocencia de su esposa, acusaday condenada a una pena de prisiónde veinte años por un crimenque su marido sostiene queno ha cometido. En el reparto figuraotro actor de relumbrón,como es Liam Neeson, al que laedad no le ha restado ni un ápicede presencia física.
El tercer trabajo de este hombrecomo director no ha suscitadolos elogios que despertaron susdos anteriores obras, sin embargo,Haggis bien merece un repaso a su ajetreada biografía. Estacomienza, artísticamente, en sujuventud, cuando, tras ver Blowup, del cineasta Antonioni, viajaa Londres con la intención deconvertirse en un fotógrafo profesional.
Idea que pronto rechazóy que no le impidió viajar mástarde de su Canadá natal a los EstadosUnidos. Allí se labró unafama como guionista y productorde diferentes programas televisivos-entre ellos El show de TracyUllman, la mujer que compartiócon Woody Allen el protagonismode Granujas de mediopelo-. En esta época fue creadortambién de alguna serie bochornosa,como la culminación de lacaspa redneck Walker Texas Ranger,cuya estrella era el imperturbableChuck Norris. Aparte deeste engendro, otros de sus trabajosrecientes, sin duda más dignosde ser recordados, no se han estrenado aquí más allá de los límitesde algunas cadenas depago. Caso en el que se puede inscribirLos hermanos Donnelly,emitida en Canal+, Calle 13 yMTV.
Con estos antecedentes, pocospodían sospechar la calidad deHaggis, que quedó al descubiertocon el guión de la brutal MillionDollar Baby, que cosechó nadamenos que cuatro Oscars. Esemismo año pudo rodar su primer largometraje: Crash. Una suertede Vidas cruzadas de Robert Altman,solo que la historia no corríaa cargo del cotidiano RaymondCarver, sino del cerebro privilegiadodel hombre que nos ocupa,más dado al lenguaje espectacularde Hollywood. Obviamente,no todo iban a ser parabienes ensu trayectoria en el séptimo arte,puesto que el canadiense tambiénfue el responsable del guióndel remake estadounidense de lapelícula de Gabriele Muccino Elúltimo beso. Un patinazo sintrascendencia en cualquier caso.
De nuevo en colaboración conClint Eastwood, dio lo mejor de símismo en Banderas de nuestrospadres y sobre todo en Cartasdesde Iwo Jima. Claro que, todoslos textos que este hombre firmano siempre rayan a esa altura,como muestran los de Casino Royaley Quantum of Solace, lasmás recientes aventuras de JamesBond -ahora personificadoen el fornido Daniel Craig- a lasque él ha puesto sus granos dearena. Entre ambas, a Haggis ledio tiempo a rodar otro estupendofilme, En el valle de Elah,un alegato contra la ocupación deIrak, pero ante todo una denunciade la crueldad de las guerras,que consiguen envilecer a susparticipantes hasta convertir a losseres humanos en auténticos animales.
Desde entonces a Los próximostres días, a Haggis sólo se lepuede imputar algo más, la escriturade la horrible cuarta partede Terminator. En su descargohay que señalar que él no concibiónada de lo que en filme se recoge,única y exclusivamente selimitó a dar forma a lo que los productoresdel largometrajequerían.