La Audiencia de Bizkaia ha condenado a un total de tres años de años de prisión a un entrenador por agredir sexualmente a cuatro menores de edad, tres de 15 años y una de 14, mientras llevaba a cabo funciones de míster en el equipo femenino de fútbol Pauldarrak, de Barakaldo, según se recoge en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico.

La Sección Sexta de la audiencia vizcaina considera al acusado autor de tres delitos de agresión sexual a menores de 16 años, uno de ellos continuado, un delito de exhibicionismo y un delito leve continuado contra la integridad moral. Desde septiembre de 2023 a abril de 2024, el encausado llevó a cabo determinadas conductas tendentes a satisfacer su deseo libidinoso, atentando con la libertad e indemnidad sexual, ocasionando en las menores situaciones humillantes, tales como pedir un abrazo y aprovechar ese instante para dar una palmada en el culo, tal y como recoge el escrito.

La mayor de las penas impuesta por la Audiencia de Bizkaia, del total de tres años, asciende a uno, por un delito continuado de agresión sexual a una menor de 16 años. A estos doce meses se suman 18 más por los dos delitos de agresión sexual y seis meses de cárcel por un delito de exhibicionismo.

Hechos

Según los hechos declarados probados, el 1 de diciembre de 2023 se bajó los pantalones mostrando los genitales a una de las menores para posteriormente darse la vuelta y orinar en el andén. En un torneo disputado fuera de Bizkaia, en Salou, el entrenador coincidió con otra de las jugadoras en la zona del buffet del hotel y se acercó por su espalda para darle una palmada en el culo. Lo mismo hizo con otra de las niñas.

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A otra de las menores le aplicó crema antiinflamatoria en la pierna "al mismo tiempo que le decía: tienes un culo muy bonito". En una cena de Navidad, esta misma chica manifestó tener mucho calor a lo que el encausado le indicó: "No me provoques", al mismo tiempo que rodeaba con su brazo la cintura de la niña. En el mismo viaje de Salou, una de las víctimas tenía su pierna izquierda en el reposabrazos del asiento delantero, "momento en que pasó el encausado y le tocó la pierna manifestándole que la tenía fría", se recoge en la sentencia.

Además, el 1 de abril, cuando volvían a Barakaldo, dio un beso en la mejilla a una de las cuatro menores mientras estaba dormida en el asiento. Cuando se despertó, el encausado le manifestó que le había dado un beso en la mejilla mientras dormía, volviendo a darle otro beso".