Víctima de estafa millonaria en Barakaldo: "A mi padre le han dejado sin dinero y sin casa"

Un vecino de Barakaldo ha sufrido una estafa devastadora que le ha supuesto la pérdida de más 300.000 euros, su vivienda y su derecho al empadronamiento, dejándolo sin acceso a servicios sociales y sanitarios básicos. Su hijo, principal portavoz de la familia, advierte sobre el modus operandi del fraude y reclama una actuación urgente por parte de las autoridades locales y policiales.

El proceso comenzó cuando el hombre recibió un mensaje vía WhatsApp de una supuesta mujer que estaba interesado en él. Según relata a este periódico el hijo, la mujer "engatusó a mi padre". "Se enamoró perdidamente", concreta.

Se habría producido durante varios meses, en los que la víctima fue transfiriendo dinero desde su cuenta bancaria habitual a otras plataformas digitales y, desde ahí, a una página que aparentaba ser una empresa de inversión. "Todo estaba a su nombre, no sospechábamos nada. Pero en realidad estaba cayendo en una trampa muy bien diseñada", explica el familiar, que ha querido hacer pública la situación para alertar a otras personas.

Manipulación

Uno de los elementos que más ha impactado al entorno es el grado de manipulación emocional que está viviendo la víctima. "Aunque le dijimos que no era real, no nos creyó. Le enseñamos pruebas, pero seguía convencido de que estaba ganando dinero", cuenta. El hombre llegó a comprar una tableta electrónica para poder comunicarse más fácilmente con quienes pensaba que eran asesores financieros, pero que nunca se identificaron de forma clara. La relación con estos supuestos asesores se dio, según el testimonio recogido, exclusivamente por mensajes de texto.

Según explican sus allegados, la situación es ahora crítica, tras vender su vivienda y perder todos sus ahorros, la víctima está a punto de quedarse sin padrón, lo que en la práctica supondría quedarse fuera del sistema sanitario y de los servicios sociales. "Tiene una enfermedad crónica y una incapacidad reconocida. Sin padrón no tendrá acceso ni a los medicamentos ni a atención básica", denuncian. "Además, se encuentra completamente solo y con una salud mental muy deteriorada", completan.

La familia, que asegura haber alertado en varias ocasiones a la policía y a los servicios sociales sin obtener respuesta efectiva, reclama que este caso sirva para dos cosas; por un lado, para prevenir a otras posibles víctimas; por otro, para exigir una mayor implicación institucional. "Nos dijeron que no podían hacer nada, que mientras el dinero estuviera a su nombre era legal. Pero se veía que no estaba bien. Si alguien lo hubiera revisado, quizá habrían detectado que necesitaba apoyo, o algún tipo de tutela que evitase que vendiera su casa", lamentan.

Nueve años activo

La web desde la que se habría producido la estafa sigue activa, con apariencia profesional y mensajes que transmiten confianza. "Lleva nueve años funcionando y eso le daba seguridad. Pero si buscas en internet, hay decenas de personas contando que les ha pasado lo mismo. El problema es que mucha gente no sabe mirar eso, y cuando confían en alguien es muy difícil sacarles de esa idea", dicen.

Mientras tanto, el entorno más cercano intenta sobreponerse a lo vivido. "No solo es el miedo, es el vacío. Yo pensaba que siempre tendría un sitio al que volver, la casa de mi padre. Y ahora no tenemos nada. Él está arruinado, y nosotros destrozados", resume uno de los familiares. "Voy a necesitar ayuda para superar esto", subraya.

Este caso evidencia la complejidad y el alcance de las estafas digitales actuales y la necesidad de una mayor educación y protección para evitar que personas vulnerables pierdan sus ahorros, sus hogares y su acceso a derechos básicos.