El caso Gaztelueta se ha cerrado por la vía penal, toda vez que el Tribunal Constitucional acaba de tumbar el recurso presentado por el exprofesor condenado a dos años de prisión por abusos sexuales a un menor de edad. Sin embargo, para la víctima y su familia aún hay abiertas muchas heridas.
“Exigimos que el colegio Gaztelueta, el Opus Dei y la Iglesia pidan perdón a la víctima; reclamamos que quienes durante mucho tiempo han estado faltando al respeto a una persona que ha sufrido abusos sexuales rectifiquen”, subraya el padre del joven, Juan Cuatrecasas. En efecto, los familiares consideran “satisfactorio” que el Tribunal Constitucional no haya admitido a trámite el recurso de amparo promovido por Txema Martínez -que, además, imposibilita que el caso llegue al Tribunal Europeo de Derechos Humanos-, pero solicitan que quienes salieron en defensa del pederasta recapaciten y admitan su error.
“La línea oficial de la Iglesia sigue diendo que hay reponer el buen nombre del profesor; y el que hay que reponer es el de la víctima”, lamenta Cuatrecasas. Además, la familia iniciará el proceso civil en los tribunales para demandar una indemnización por daños y perjuicios al colegio Gaztelueta. Los responsables del centro del Opus Dei llegaron a organizar una rueda de prensa para atacar la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia que condenaba a Txema Martínez a once años de cárcel -luego, el Tribunal Supremo redujo la pena a dos años-.
En esa comparecencia, el director de Gaztelueta, Imanol Goyarrola, aseveró que creía en la “inocencia” del condenado. “Se me dice que debo pedir perdón, pero no puedo”, soltó entonces. Era noviembre de 2018.
“Las víctimas necesitan mucho afecto, empatía, cercanía y también, verdad, justicia, reparación y acompañamiento. Hacemos un llamamiento para que tengan apoyo a nivel social”, añade, asimismo, Cuatrecasas, fundador la asociación Infancia Robada.