Roban maquinaria en una decena de huertas de Gorliz

Gorliz - Los propietarios de las huertas del barrio Gandias de Gorliz están “preocupados e inseguros” ante los robos que sufrieron en sus fincas, de donde desapareció maquinaria después de que se forzara la entrada a los terrenos. El taller Curvados Urduliz, en esta misma zona, también fue víctima de un hurto -una televisión, en este caso-, mientras que a la gasolinera Ardantza, ya en la carretera de Plentzia a Urduliz, le sustrajeron de la caja registradora la recaudación del pasado domingo.

Todos estos robos sucedieron el pasado fin de semana y el malestar se ha instalado en el barrio gorliztarra. Los ladrones asaltaron una decena de huertas -cantidad de la que hablan algunos de los propietarios, ya que fuentes de la Ertzaintza afirman tener solo constancia de una denuncia- y cogieron maquinaria y herramientas, como desbrozadoras, motosierras, taladros? José Antonio de Paul es uno de los afectados: “La mayoría de los que estamos aquí somos jubilados que tenemos nuestro terreno y estamos todos muy preocupados. A mí me robaron de la caseta de aperos una desbrozadora, motosierra, taladro, rotaflex, 50 metros de cable y un cargador de baterías”, describe. “Tengo un txoko a 40 metros de la huerta y he estado por las noches vigilando con la perra hasta las cuatro de la mañana para que no me robaran allí también”, añade. Heriberto Díaz es otro de los propietarios de las fincas: “Me rompieron el cerco del terreno por tres sitios y me quitaron una motosierra, la desbrozadora, dos taladros, una manguera larga, una lámpara de brazos de bronce y herramientas menores. Son cosas que si las voy a comprar ahora me suponen mucho dinero”, asegura. Pero lo que más lamenta Heriberto es que “no tengo ninguna seguridad para poder dejar algo guardado aquí otra vez”. “Yo vivo en otro municipio y tengo aquí mis árboles frutales y ahora dejar herramientas otra vez me crea una inseguridad?”, insiste.

Los dueños de Curvados Urduliz, en esa misma zona de las huertas de Gandias, consideran que “tuvimos suerte”. “Solo se llevaron una televisión vieja que teníamos en un módulo de metal aparte, que forzaron para abrir. La maquinaria y los ordenadores que tenemos dentro del taller no nos los quitaron, allí no entraron”, explican.

La gasolinera Ardantza, que ya se encuentra en Plentzia, corrió peor fortuna, ya que a Nerea Elgezabal, la propietaria, le robaron el dinero que había en la caja registradora. En ella estaba la recaudación del pasado domingo, aunque Nerea no sabe qué cantidad le sustrajeron: “Estamos aún con los trámites”, señala, aunque admite que “mucha gente paga con tarjeta”. Lo que sí conoce fue el modus operandi de los cacos: “Entraron de noche e inutilizaron la alarma. Antes lo intentaron por el tejado, porque hemos visto que había marcas”, concluye.