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Ladrones con antifaz

Los cacos cada vez le echan más imaginación para hacerse con lo ajeno

Ladrones con antifazJ.M.M.

GUARDIAS civiles, fontaneros, curas del Vaticano, y hasta amigos. Con la imaginación de los nuevos cacos, la tendencia actual podría servir para una noche de carnaval. Pero no lo es. Son ladrones con antifaz que se las ingenian para hacerse con lo ajeno y van cambiando sus métodos para no levantar sospechas.

Hasta hace poco, la del falso revisor era la caracterización más oída. El colectivo más vulnerable, el de los mayores, empieza a no fiarse y a conocer bien cuando es un auténtico revisor y cuando se trata de una estafa. ¿Pero quién se puede imaginar que un cura con alzacuellos que le ofrece su ayuda le va a estafar?

Con alzacuellos No hay que irse muy lejos para dar cuenta de estos hechos. Uno de estos casos tuvo como escenario Bilbao. El pasado 19 de junio un hombre de 48 años que se hacía pasar por cura del Vaticano fue detenido por la Ertzaintza en la capital vizcaina tras ser descubierto por una de las víctimas. El detenido estaba en busca y captura desde 2008, e incluso se le reclamaba desde Rumania. Vivía sin residencia fija e iba por la calle vestido con alzacuellos. Su plan era simple. Sobre todo creíble. Se acercaba a los grupos más tocados por la crisis y les ofrecía ayuda, un trabajo y hasta una vivienda de alquiler a bajo coste. Eso sí. Tenían que pagar un pequeño importe con antelación. Ahí acababa la historia. Los agentes del grupo de investigación de la Ertzaintza que detuvieron al hombre pudieron comprobar que el acusado era el origen a de una serie de denuncias por múltiples estafas en Euskadi y en el Estado. En el momento del arresto, los agentes encontraron entre sus pertenencias tres alzacuellos, un libro del nuevo testamento en lengua rumana, un crucifijo grande y diversos elementos que le ayudasen a simular mejor la actividad de cura.

Sin los símbolos religiosos pero con simpatía, dos mujeres eligieron Leioa como su escenario de trabajo. No se complicaban en exceso, con un abrazo era más que suficiente para sustraer pendientes y collares a sus víctimas, especialmente mujeres mayores. ¿Pero cómo pueden abrazar sin levantar sospechas? “No te acuerdas de mí”, bajo esa excusa las dos mujeres se enlazaban con fuerza a sus víctimas para robarles presuntamente sus joyas. Ambas jugaban al despiste y no daban tiempo a pensar. Eran, sin duda alguna, abrazos a traición.

Y sin mimos, pero de lo que todo el mundo se fía es de la Policía. Nadie pondría en duda la credibilidad de varios agentes que llaman a su puerta vestidos con chalecos refractantes y se dirigen a la víctima potencial por su apellido. Esto mismo le ocurrió a una familia en Segura, Gipuzkoa, cuando tres personas le tocaron la puerta y le llamaron a la víctima por su apellido. Dos de ellos vestían con chalecos reflectantes en los que se leía ‘Guardia Civil’. El tercero iba de paisano.

¡Alto policía! Tras acceder al interior de la vivienda, los detenidos maniataron a la familia para poder campar a sus anchas y robar presuntamente dinero del caserío. Todos los presuntos ladrones de esta banda están ahora entre rejas.

Otra historia, sin policías pero con fontaneros se ubica en Amorebieta. Un presunto ladrón de 38 años, esta vez con el antifaz de fontanero, entró a casa de unos señores bajo el pretexto de reparar una avería y se hizo con las joyas del matrimonio. Tras abrir una investigación, el acusado fue detenido el pasado mes.

Según explicó el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, en los meses de febrero y hasta marzo, la Policía vasca registró hasta 14 denuncias por estafas en Bizkaia. Y esta moda de ir en solitario también llega a las cuadrillas. Hace escasos tres meses el Ayuntamiento de Lemoiz pidió a sus vecinos que aumentasen el celo de la seguridad en sus casas tras detectar a un grupo de personas que suplantaban la identidad de trabajadores de Iberdrola. Desde esta empresa aseguran que “todos nuestros operarios van perfectamente identificados con nuestra tarjeta”, algo imprescindible que los cacos nunca presentan. El ingenio de los ladrones nunca descansa.