Bilbao. Bilbao ha sufrido tres incendios con "importantes daños" en menos de una semana -dos de ellos ayer en Barrenkale y Alameda Rekalde- y un total de cinco, en menos de quince días. La mayoría se produjo "por un descuido", según indicó el director de Protección Civil de Bilbao, Andoni Oleagordia. Una explosión de gas en el edificio de Kastrexana; un puchero olvidado en el fuego en Arabella; un descuido en la lavandería del hotel Ibis; una posible sobrecarga eléctrica en Barrenkale, y una probable negligencia laboral en Alameda Rekalde.

"Son muchos descuidos en una semana. Hay que tener más cuidado y vigilar las condiciones en las que están el sistema eléctrico, los hornillos y los butanos", afirmó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. Los dos últimos incendios tuvieron lugar ayer, en una jornada en la que los bomberos de la villa "trabajaron a destajo".

El primer incendio comenzó alrededor de las 01.15 horas en el cuarto piso del número 40 de la calle Barrenkale del Casco Viejo. Debido al fuego, doce personas fueron desalojadas del edificio afectado y de los portales colindantes, el número 42 y el 4 de la calle Santiago, todos con estructura de madera. A pesar de ello, no hubo que lamentar heridos, aunque cinco personas fueron atendidas en el lugar por inhalación de humo y algún ataque de nervios.

"Escuché ruido en el tejado y al asomarme me encontré con las llamas, avisé a mi vecina Mari Ángeles y salimos a la calle", explicó Mari Carmen, en el portal 42. Las viviendas de este edificio no se han visto afectadas por las llamas, tampoco las del número 4. Sin embargo, los destrozos por el agua han sido cuantiosos, es el caso del bar Txomin Barullo, situado en los bajos del edificio incendiado. "Está todo inundado, tendremos que hacer obras y cerrar durante quince días o un mes", dijo Txus, empleado del bar.

Las labores de extinción fueron "muy complicadas", y los bomberos tardaron cerca de dos horas en sofocar el fuego. El inmueble fue precintado y los vecinos, realojados; algunos, en casas de amigos y familiares. Otros seis vecinos fueron realojados en el hotel Arriaga por los servicios sociales del Ayuntamiento, a la espera de la evaluación de los técnicos de Surbisa. Además, los peritos descartaron daños estructurales en el edificio. "Los daños más importantes se han producido en el tejado y en el cuarto piso que tendrán que se reconstruido totalmente. Ahora, Surbisa cubrirá el tejado y retirará los escombros", explicó Eduardo Maiz, concejal de Seguridad Ciudadana.

Segundo fuego El segundo fuego de ayer comenzó a las 14.20 horas en el número 3 de Alameda Rekalde. El Ayuntamiento baraja varias hipótesis sobre sus causas, que podrían estar relacionadas con la reparación de la tela asfáltica del tejado. "El calor de la candileja con la que se une la tela pudo prender las vigas de madera, y el fuego se extendió entre el tejado y la madera", aseguró Maiz. El fuego se propagó hacia el tejado colindante, el del número 5, aunque las llamas no alcanzaron ninguna vivienda. No hubo tanta suerte en el número 3, donde el tejado en llamas se hundió e incendió las dos viviendas del sexto piso y afectó a las del quinto. "Mi casa está frente del tejado incendiado, vi el humo y las llamas y llamé a SOS deiak", comentó Gloria, vecina del ático.

A pesar de lo dantesco de la situación, no hubo que lamentar heridos, los vecinos fueron evacuados de forma preventiva y sólo los inquilinos de las últimas plantas precisaron ser realojadas. En el momento del fuego, la inquilina del piso más afectado no se encontraba en el inmueble, así que cuando llegó y vio a los bomberos se puso muy nerviosa.

"Yo estaba comiendo y un bombero llamó a la puerta y me hizo bajar. He salido con lo puesto", indicó Esperanza, vecina del quinto piso. El resto de inquilinos aseguró no saber nada de lo ocurrido, "con el disgusto tenemos bastante", dijeron. La extinción del incendio resultó "muy costosa y laboriosa", duró cerca de tres horas y media, ya que el fuego afectó a la estructura de madera. "Los bomberos tienen que retirar las tejas y la tela asfáltica para apagar las llamas y dejarlo al aire para que se enfríen", explicó Andoni Oleagordia.