Bilbao. Un agente de la Ertzaintza se vio obligado a realizar un disparo a la rueda de un vehículo que trató de arrollarle en un control de seguridad instalado el pasado lunes en el polígono industrial Santa Ana de Bilbao. El conductor del vehículo, un joven de 20 años arrestado con anterioridad 17 veces por delitos de robo, fue detenido por un delito de atentado y desobediencia contra los agentes de la autoridad, ya que en su huida trató de arrollar intencionadamente a cuatro agentes de la Policía vasca.

Los hechos se produjeron alrededor de las dos de la madrugada del pasado lunes en la calle Tellería del polígono industrial Santa Ana, en el barrio de Bolueta. En el transcurso de un control de seguridad que la Ertzaintza instaló en dicho punto, uno de los agentes ordenó detenerse a un turismo con tres ocupantes. El conductor, un joven de 20 años, obedeció las ordenes del policía, quien después de observar el interior del turismo le dijo que avanzará a menor velocidad. El primer intento de atropello se produjo poco después cuando el segundo agente indicó al joven que se detuviera nuevamente en uno de los márgenes de la vía. En ese momento, el conductor aceleró bruscamente y trató de atropellar al er-tzaina, que tuvo que saltar para evitar ser arroyado.

En su huida el turismo, un Seat Ibiza, se encontró con otro de los agentes que formaba parte del dispositivo de seguridad quien después de ordenarle en varias ocasiones que se detuviera, se vio obligado a disparar con su escopeta reglamentaria a una de las ruedas del coche. El disparo no surtió efecto y el vehículo prosiguió su marcha no sin antes tratar, también, de atropellar al agente que efectuó el disparo.

Dos agentes de la Policía autónoma que realizaban su ronda de paisano cerca del lugar escucharon el disparo y los gritos de sus compañeros, por lo que se colocaron en mitad de la carretera con la intención de interceptar al vehículo. Los agentes hicieron señas al conductor para que frenara, pero éste hizo caso omiso y continúo su camino tratando igualmente de atropellar a los ertzainas sin uniforme, quienes tuvieron que saltar al arcén para salvar su vida.

Transcurridos veinte metros desde el punto donde se produjo el último intento de atropello, el coche frenó en secó y de su interior salieron los tras ocupantes que continuaron su huida a pie. Solamente uno de ellos, el conductor, pudo ser detenido tras una persecución en la que los otros dos delincuentes consiguieron escapar. Da la casualidad de que el joven de 20 años imputado por un presunto delito de atentado y desobediencia hacia la autoridad es un viejo conocido de la Er-tzaintza, ya que tiene en su haber un historial delictivo con más de 17 detenciones por delitos de robo.