Dormir con la boca abierta se ha convertido en un fenómeno cada vez más mencionado en redes sociales y en consultas médicas. Aunque no es algo nuevo, sí está ganando visibilidad porque muchos usuarios comparten vídeos, fotos o rutinas nocturnas en plataformas como TikTok, donde se ha popularizado incluso el “mouth taping” (cerrar la boca con cinta adhesiva). Pero, ¿por qué ocurre y qué efectos tiene realmente?

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Un hábito ligado al estrés

La causa más habitual es una dificultad para mantener la respiración nasal durante la noche. Esto puede deberse a congestión crónica, alergias, desviación del tabique o simplemente a un descanso poco profundo que favorece que la mandíbula se relaje en exceso. El estrés también influye: cuando hay hiperventilación nocturna, el cuerpo tiende a abrir la boca automáticamente para compensar.

También hay factores anatómicos que predisponen a ello, como paladar estrecho, amígdalas grandes, micrognatia o el simple hecho de tener una musculatura facial poco tonificada tras pasar muchas horas frente a pantallas.

Los efectos más habituales

Dormir con la boca abierta no suele causar un problema grave por sí mismo, pero sí genera consecuencias incómodas que impactan en la calidad del descanso. La más frecuente es la sequedad de boca, que provoca mal aliento matinal y la sensación de garganta irritada nada más levantarse. La respiración bucal también hace más probable que aparezcan ronquidos, ya que los tejidos vibran más cuando el aire entra directamente por la boca.

Otro efecto común es el aumento de los microdespertares, esos pequeños cortes del sueño que impiden alcanzar fases profundas y reparadoras. Por eso, quienes duermen con la boca abierta suelen despertarse más cansados o con la sensación de no haber descansado del todo.

Impacto dental

Uno de los aspectos menos conocidos es el impacto que la respiración bucal tiene sobre la salud dental. Dormir con la boca abierta reduce la producción y la distribución de saliva, lo que altera el pH de la boca y favorece la proliferación de bacterias. Esto aumenta el riesgo de caries, inflamación de encías y desgaste del esmalte. A medio plazo también puede contribuir a problemas de maloclusión o de tensión en la mandíbula.

La importancia de la dieta en los dientes Freepik

Aunque no siempre ocurre, dormir con la boca abierta puede ser una señal indirecta de un problema mayor, como la apnea del sueño o episodios repetidos de obstrucción nasal nocturna. En estos casos, respirar por la boca es la estrategia del cuerpo para compensar la falta de oxígeno que percibe. Por eso, si además de dormir con la boca abierta hay ronquidos fuertes, pausas respiratorias o dolores de cabeza por las mañanas, se recomienda consultar con un especialista.

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¿Se puede corregir?

No existen trucos milagrosos, pero sí medidas que pueden ayudar: mantener una higiene nasal diaria, tratar alergias estacionales, dormir con postura lateral y mejorar la fuerza de la musculatura facial mediante ejercicios guiados.