En un laboratorio de Donostia, un equipo de científicos trabaja con la esperanza de cambiar la manera en que entendemos y tratamos el cáncer. Investigadores de CIC biomaGUNE han conseguido imprimir en 3D réplicas de tumores de mama a partir de células reales, con el objetivo de ensayar tratamientos de forma más eficaz, ética y personalizada.
Este avance, que podría reducir el uso de animales en investigación y mejorar la tasa de éxito de los ensayos clínicos, representa un paso más hacia una medicina más humana y precisa.
La tinta del futuro: tejido humano y esperanza
En este innovador proceso, los investigadores utilizan bioimpresoras 3D avanzadas. La "tinta" no es otra que una mezcla de matriz extracelular, obtenida de tejido mamario sano donado por mujeres que se han sometido a cirugías de reducción de pecho, y biomateriales diseñados para reproducir fielmente el entorno de un tumor real.
“Queremos que los medicamentos que llegan a pacientes tengan más posibilidades de funcionar desde el primer ensayo”
A esta base se le añaden células tumorales procedentes de biopsias de mujeres con cáncer de mama, en colaboración con el Hospital Universitario Galdakao-Usansolo y Policlínica Gipuzkoa. El resultado: pequeños organoides tridimensionales que simulan el comportamiento de los tumores dentro del cuerpo humano.
Más cerca de la medicina personalizada
Actualmente, menos del 4 % de los fármacos que se testan en fases clínicas acaban convirtiéndose en tratamientos aprobados. Con este modelo, se busca mejorar la fase preclínica, aumentar las probabilidades de éxito y, en el futuro, adaptar los tratamientos a cada paciente, probando en el laboratorio qué terapia podría funcionar mejor antes de aplicarla.
Este avance no se quedará entre las paredes del laboratorio. El equipo trabaja ya en la creación de una spin-off llamada Onkoreplica, que permitirá llevar esta tecnología a más grupos de investigación y a la industria farmacéutica.
Ciencia que salva, ciencia que humaniza
Con cada impresión 3D, los investigadores de CIC biomaGUNE no solo están replicando tumores. Están acercando a la ciencia a las personas. Están imaginando un futuro en el que cada paciente tenga una oportunidad más real de curarse, con tratamientos diseñados para su caso único. Un futuro más justo, más ético y, sobre todo, más humano.