Así afecta al cerebro ver contenidos a una mayor velocidad de reproducción
Las redes sociales y concretamente TikTok han potenciado la aceleración de la velocidad en los videos que consumimos, algo que podría estar afectando a la forma en la que se retiene la información
En esta nueva era digital, donde la IA y los videos cortos y verticales han invadido nuestro día a día. Nos hemos acostumbrado a reproducir contenido cómo videos cortos, en TikTok o Instagram, podcast y series de una manera en la que podría estar afectando a nuestro cerebro y a cómo percibimos los hechos que nos rodean. Esta costumbre cada vez está más extendida y gran parte de la juventud se excede acelerando los contenidos que consume, incluso llegando a agilizar las clases online de la universidad.
Estudios
Así lo demuestra un estudio de la Universidad de California, en el que en una encuesta realizada a sus estudiantes se apunta que el 89% de los estudiantes cambian la velocidad de reproducción en las clases online. Algo que podría estar afectando al rendimiento, aprendizaje y retención de conocimientos de los estudiantes.
Las personas que aceleran los contenidos parecen creer que por consumirlo más rápido van a aprender más rápido, pero esta idea es totalmente errónea, pues se puede perder información aunque estés prestando plena atención. Si se utiliza como estrategia para no perder el interés durante la reproducción puede ayudar, pero la comprensión siempre será menor que una reproducción normal.
Otro estudio realizado a 76 estudiantes de programación en una universidad de China, evidenció que cuanto más alta es la velocidad de reproducción de un video, la capacidad de retención y carga cognitiva es menor. Este estudio se realizó mostrando a los estudiantes el mismo video a diferentes velocidades, 1.0×, 1.25×, 1.5× y 2×. Destacar que todos los estudiantes contaban con conocimientos previos sobre programación (temática del video mostrado).
Cuando nos exponemos a una información oral, nuestro cerebro pasa por varias fases, codificar la información, almacenarla y posteriormente recuperarla. En el momento en el que reproducimos un contenido, nuestros oídos reciben la información de manera inmediata, una alta velocidad de reproducción puede provocar la pérdida de detalles importantes, ya que el cerebro tiene menos tiempo para procesar el tono, ritmo y la entonación, algo que dificulta captar los matices del mensaje.
Codificar es la acción automática que realiza el cerebro para entender lo que estamos viendo o escuchando. Los conocimientos a corto plazo se almacenan en el lóbulo prefrontal mientras que los recuerdos se almacenan en el hipocampo. Cuando recordamos o pensamos algo se vuelven a activar las redes neuronales lo que posibilita que podamos recuperar la información adquirida anteriormente.
La velocidad media del habla de las personas es de unas 150 palabras por minuto, aunque esta velocidad se puede llegar a duplicar o incluso triplicar y seguir siendo inteligible.
La velocidad a la que consumimos contenido además discrimina por edad, ya que las personas de edad más avanzada retienen menos información que las jóvenes cuando la velocidad de reproducción es mayor. Esto es un claro reflejo del debilitamiento de la memoria con el avance de la edad. Las personas de mayor edad deberían consumir los contenidos a velocidad normal o incluso más baja, para poder retener todo el contenido de una forma correcta.
¿Efectos negativos?
Todavía no se ha sacado en claro si la visualización de vídeos a velocidades de reproducción más altas tienen efectos a largo plazo sobre la capacidad cognitiva y la actividad de nuestro cerebro. En principio parece ser que son positivos, ya que mejora la capacidad de comprensión y retención de mayor cantidad de información. Pero también, podría desembocar en efectos negativos como fatiga mental debido al aumento de información que se pretende asimilar.