Los tatuajes se han convertido en una forma de expresión personal ampliamente aceptada, tanto que se estima que más del 30 % de los adultos en España llevan al menos uno. Pero el aumento de su popularidad no siempre ha venido acompañado de un mayor conocimiento sobre cómo cuidarlos correctamente, especialmente durante el verano.
En este contexto, el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Pablo Ortiz, ha dicho que “la crema solar no es suficiente para proteger la piel tatuada”.
Por qué el sol afecta más a los tatuajes
Según explica, los tatuajes absorben más temperatura que la piel sin tinta, lo que los convierte en una zona especialmente vulnerable a quemaduras térmicas cuando se exponen al sol. Las cremas solares, incluso las de protección total o SPF50+, funcionan como filtros que reducen la cantidad de radiación que llega a la piel, pero no la bloquean por completo.
Esto puede ser suficiente para proteger la piel natural, pero no lo es para una piel alterada con tinta, que puede calentarse más rápidamente al absorber la energía solar, especialmente en tatuajes con pigmentos oscuros o colores intensos como el rojo o el azul.
Consecuencias invisibles pero serias
Una quemadura solar en un tatuaje no solo duele o altera su aspecto. Puede tener efectos a largo plazo, como cicatrices, pérdida de definición, hiperpigmentación y, en casos extremos, un mayor riesgo de cáncer de piel.
Además, algunas tintas contienen metales pesados o compuestos químicos que, al calentarse con el sol, pueden liberar sustancias que provocan reacciones alérgicas, infecciones o irritaciones.
El peligro de la henna en verano
Ortiz también alerta sobre un fenómeno habitual en verano: los tatuajes temporales de henna. Aunque parecen inofensivos, no contienen henna natural, sino un tinte llamado PPD (parafenilendiamina), usado en productos de coloración capilar.
“Tenemos muchos pacientes que se hacen este tipo de tatuajes y desarrollan alergias al tinte. Son personas que, en todo lo que les queda de vida, no podrán volver a teñirse el pelo”, advierte el especialista. La henna, muy común en playas, mercados y ferias, representa un riesgo serio para la salud dermatológica, especialmente en adolescentes y niños.
Cómo cuidar los tatuajes en verano
Los especialistas insisten en que la mejor protección es evitar la exposición directa al sol. Recomiendan cubrir los tatuajes con ropa ligera, no exponerlos durante las horas centrales del día y no aplicar crema solar sobre tatuajes recientes, ya que pueden irritarse. También es fundamental mantener la piel tatuada bien hidratada, evitar el cloro, y consultar a un dermatólogo ante cualquier cambio en la textura o el color del tatuaje.
Para Ortiz, un tatuaje no es solo una decisión estética: es una modificación permanente de la piel que requiere conciencia sanitaria. Por eso, recomienda acudir a centros homologados, asegurarse de la calidad de las tintas y pedir consejo profesional en caso de duda.