Los tatuajes llevan mucho tiempo de moda. Alguno pasan meses decidiendo si hacérselo o no y otros toman la decisión a la ligera. Sea como sea, los datos dice que el 40% de la población del Estado se ha tatuado alguna vez en su vida. Aquellos que tardan más en lanzarse a la aguja son los que normalmente se hacen más preguntas acerca de su cuidado y consecuencias: ¿dolerá mucho si me arrepiento y deseo borrármelo? ¿Cuánto tiempo dura la cura? Pero, sobre todo, ahora en verano, ¿puede darle el sol?
Para responder a esta pregunta, primero hay que entender qué supone exactamente un tatuaje. Cuando te haces un tatuaje, la aguja perfora la dermis, que es la capa media de la piel, entre 50 y 3000 veces por minuto. Así, la tinta queda atrapada en la dermis de manera que la capa no se regenera. Es decir, es una herida abierta.
Si te preguntas si son seguros, sí lo son, siempre y cuando te lo realices en estudios higiénicos con personal profesional y tintas certificadas. Por eso, es importante que el tatuador limpie y esterilice la zona y asegurarse de si las tintas contienen metales pesados. Como todo, tiene sus riesgos. Por ejemplo, reacciones alérgicas, infecciones en la piel o enfermedades que se contagian a través de la sangre si el equipo utilizado no está limpio.
La importancia del cuidado
Para evitarlo, el cuidado del tatuaje y la zona es imprescindible. Es recomendable lavarlo suavemente con agua tibia y jabón neutro. Para secarlo, usa papel de cocina o una toalla limpia a toques; nada de esponjas o trapos que puedan dañar la piel. Además, el tatuador te ofrecerá una crema específica para tatuajes que deberás echarte durante unos días. Es importante hacer caso y seguir las recomendaciones dadas por el tatuador.
Sin embargo, hay tres cosas que tienes que evitar: el roce, el agua caliente y, por supuesto, el sol. Así que, la respuesta a la pregunta es no, no le puede dar el sol. Como se ha dicho antes, el tatuaje es una herida abierta que está en proceso de cicatrización, por lo que la exposición al sol puede causar quemaduras y dificultar el proceso de curación y, además, los rayos UV pueden decolorar la tinta o aclararla.
Por lo tanto, lo mejor es no hacerse un tatuaje en verano ya que vamos a estar continuamente expuesto al sol. En caso de habértelo hecho ya, trata de que no le de el sol. Por supuesto, protégete siempre que puedas echándole crema de sol de alta protección.