El verano está a la vuelta de la esquina, pero adolescentes y jóvenes deben afrontar antes los exámenes finales, un momento decisivo que supone para ellos una fuerte carga mental y emocional. La presión por aprobar, o en el mejor de los casos por obtener buenas notas, y la propia autoexigencia se pueden convertir para los estudiantes en una fuente de estrés.
Los expertos indican que los nervios son una reacción normal y, en su justa medida, son beneficiosos; activan la adrenalina que puede aumentar la concentración, la motivación y el rendimiento académico.
Sin embargo, cuando este nerviosismo se convierte en un estado persistente de ansiedad, puede tener un efecto contrario: afectar al estado de ánimo, alterar el descanso, desorganizar las rutinas alimentarias e incluso dificultar la capacidad de socializar o de disfrutar de actividades cotidianas.
Por todo ello, es fundamental que docentes y familias estén atentos y escuchen a los alumnos durante esta etapa de exámenes. Identificar a tiempo una ansiedad excesiva puede permitir una mejor gestión emocional que favorecerá tanto al bienestar como al rendimiento académico.
Los consejos de los expertos
The British School of Barcelona ofrece ocho consejos para ayudar a los estudiantes a afrontar esta etapa de una forma saludable:
1- Organizar y planificar el estudio con antelación
El primer paso es gestionar bien el tiempo estableciendo un horario de estudio y haciendo un calendario, dividiendo el temario en bloques y distribuyéndolos a lo largo de los días, dejando siempre un margen para el repaso. Tener una visión clara de las fechas de los exámenes reducirá la ansiedad y evitará el estrés de última hora.
2- Aplicar técnicas de estudio
Es importante encontrar los métodos de estudio que mejor se adapten a cada uno: mapas conceptuales, tarjetas de memoria, vídeos explicativos, practicar con exámenes de años anteriores, explicar los conceptos en voz alta, hacerlo solo o acompañado, con música o en silencio, por el día o por la noche, en sesiones cortas e intensas o más largas... Todo vale si es para obtener el mejor resultado.
3- Crear un buen entorno
Un espacio ordenado, bien iluminado y libre de distracciones puede favorecer la concentración. Se recomienda mantener el móvil en silencio o fuera del alcance, y evitar el uso de redes sociales durante las horas de estudio para favorecer un ambiente realmente productivo.
4- Mantener una rutina saludable
Descansar bien es esencial, ya que durante el sueño el cerebro consolida lo aprendido; reducir las horas de sueño para estudiar más tiempo puede ser contraproducente. Mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física contribuyen a liberar tensiones, mejorar la concentración y favorecer un buen estado de ánimo. También es importante limitar el uso de pantallas al menos una hora antes de ir a dormir para favorecer el descanso.
5- Programar pausas regulares
Estudiar sin descanso provoca fatiga mental, disminuye el rendimiento y aumenta el estrés. Por eso es importante planificar pausas para despejar la mente; un paseo, escuchar música o picar algo saludable lejos de ser una pérdida de tiempo mejorará la productividad.
6- Escuchar al propio cuerpo
Reconocer las señales de estrés y de ansiedad es clave para poder gestionarlas a tiempo. Dolor de cabeza, tensión muscular, pulso acelerado, dificultad para dormir o tener pensamientos negativos son algunos síntomas.
7- Pedir ayuda si es necesario
Pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino una herramienta para avanzar. Sentirse acompañado por personas de confianza como profesores, familiares o amigos puede marcar la diferencia en momentos de ansiedad y sobrecarga.
8- Celebrar el esfuerzo
Los exámenes son importantes, pero no definen a la persona. Reconocer el trabajo realizado, premiarse tras cada sesión de estudio o celebrar el fin de la etapa de exámenes son gestos que ayudan a construir una actitud positiva.
Ya lo ves, no solo son importantes los días previos al examen, sino también afrontar con tranquilidad el mismo día de la prueba. Hay que dormir bien la noche anterior, desayunar saludable, llegar con tiempo y con todo el material necesario, así como mantener la calma en los momentos previos. Tomarse unos minutos para respirar, leer con atención las instrucciones del examen y confiar en el trabajo realizado ayudará también a hacer la prueba mejor y con mayor seguridad.