La medicina interna es una especialidad médica que trata a pacientes adultos y de un tiempo a esta parte también a adolescentes, todos ellos con enfermedades agudas o crónicas. Pero uno de los grandes problemas de esta área médica es que la ciudadanía no sabe exactamente por qué debería acudir a consulta de medicina interna. Gabriel Inclán, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Bizkaia, destaca que los internistas son médicos muy estudiosos porque el ojo clínico se basa en el conocimiento y deben estar siempre en continuo aprendizaje para poder atender las necesidades de la población, como ha ocurrido con la COVID-19.

¿Un médico internista ve todo tipo de casos?

Vemos de todo, pero es importante separar si es en el marco de un hospital o de consultas externas. En principio, la medicina interna es una especialidad hospitalaria para pacientes adultos agudos con problemas médicos generales y muchas veces con presentación atípica. Pero también atendemos a pacientes en consultas externas y especialmente a pacientes crónicos, revisiones generales, etc.

Cuando acude un paciente nuevo a su consulta, ¿cómo es esa primera toma de contacto con él?

Yo siempre pregunto al paciente en qué le puedo ayudar, porque es importante escucharle bien para después poder llevar a cabo el tratamiento correcto. Cada consulta es muy personal y nos lleva más tiempo que en otras especialidades. Tengo un ejemplo reciente, de ayer. Me llegó un paciente de 98 años, hipertenso, insuficiencia renal, sangrado, anemia y le acompañaba la mujer, también mayor y la hija, que creían que el paciente padecía además una demencia. Tras entrevistar al paciente extensamente descubrí que padecía una sordera que le aislaba por completo, y por eso parecía que estaba demente, pero no tenía demencia. A veces vemos casos de pacientes que han estado dando vueltas durante mucho tiempo y el caso clínico parece más fácil, pero no es por ojo clínico. Los internistas no tenemos ojo clínico bueno o malo, sino que somos estudiosos porque al final el ojo clínico se basa en el conocimiento.

¿Qué tipo de pacientes acuden a su consulta? ¿Con qué patologías?

Por mi experiencia, las más prevalentes son los pacientes hipertensos, diabéticos o pacientes con hipercolesterolemia, anemia, obesidad, dolor abdominal y cefaleas. Y otro gran grupo son los que padecen enfermedades difíciles de diagnosticar, con síntomas poco consistentes que vienen por ganglios, fiebre, por una pérdida de peso inexplicable... Los internistas somos el médico al que muchos pacientes acuden por sus síntomas cardinales y casi siempre acuden antes del diagnóstico de un tumor. Una vez diagnosticado, depende qué sea, lo derivamos a otro especialista o seguimos con el paciente.

¿Ha terminado la pandemia de la COVID-19?

La ola enorme de casos ya ha pasado, pero la pandemia ha impactado, según la OMS, en 800 millones de personas, causando 6,8 millones de muertos, según se ha publicado recientemente. Y seguimos sin conocer la causa, no tenemos resuelto el problema de la zoonosis porque las pandemias nos pueden llegar de cualquier parte del mundo: por cambios antropogénicos, viajes cada vez más globales, calentamiento global y desertización, migraciones en masa, conflictos bélicos... Claro que estamos viendo pacientes que tienen mucha sintomatología después de haber pasado la COVID-19, el listado de sintomatología es muy grande y lo difícil es estar seguros de que viene derivado de la COVID-19. No tenemos un medidor bueno, pero tampoco lo tenemos para la cefalea, y ahí está y la tratamos.

¿Hay otras pandemias menos ruidosas de las que nos tenemos que proteger?

Sí, por ejemplo, la obesidad. Es una pandemia, es un tema muy importante porque el incremento de casos es brutal, fundamentalmente en países avanzados. pero ha llegado a términos muy importantes y el movimiento de muchos científicos es hacer ver que la obesidad es más que una enfermedad que produce hipertensión, diabetes tipo 2, arteriosclerosis… Si ponemos el núcleo en la obesidad como enfermedad, probablemente el desarrollo de tratamientos sería mucho más rápido.

¿Cuál es la razón por la que hay tanta obesidad en la actualidad? ¿Comemos más de lo que necesitamos?

La obesidad no solo es el resultado de un exceso o inadecuada alimentación, hay una serie de factores que favorecen y asocian a la obesidad: Genéticos, socioculturales, sedentarismo, determinados medicamentos, etc. Sin embargo, sea por la causa que sea, en principio, se acepta que “la mejor manera de combatir el sobrepeso, es comer menos y gastar más calorías. Cuando interrogo en la consulta, muy poca gente dice que, 'como más de lo que necesito'. Vienen parejas y es habitual escuchar, ¿verdad cariño que como bien? Por tanto, sí que es algo que se puede modificar, creo que hay que hacer un esfuerzo importante en la prevención de este tipo de enfermedades y en este sentido, una dieta más saludable, un mayor nivel de actividad física y los cambios de conducta pueden ayudarte a bajar de peso.

Y, por el contrario, ante una pérdida de peso sin explicación, ¿hay que ir al médico internista?

Yo creo que, si no hay una razón conocida es una buena idea acudir al internista. Especialmente, si la pérdida de peso es relevante. Si bajas más de un cinco por ciento en seis meses, sí que es bueno que vayas al internista. Porque primero hacemos una historia clínica para intentar conocer la causa, la base del conocimiento del internista sigue siendo el bolígrafo y el papel. Sigue siendo preguntar, porque si no preguntas es imposible saber lo que te pasa. Por eso nuestras consultas son bastante más largas que en otras especialidades, porque tenemos que indagar, nosotros no podemos ver la herida.

Por último, a los jóvenes estudiantes de medicina de hoy. ¿Qué les diría acerca de esta especialidad?

La Medicina interna tiene un papel importante de formación médica en la universidad y los estudiantes se dan cuenta de que engancha mucho. Lo que ocurre es que cuando se preguntan qué salida tiene… Tuvo mucha proyección hasta los años 70, eran los médicos más apreciados. A partir de ahí, con el crecimiento de las especialidades ha ido cambiando. Sin embargo, no hay médicos internistas en el paro porque su función en hospitales de menos de 250 camas la función de un internista es central. Además, cada vez más, participan en otras áreas, como la integración entre la medicina hospitalaria y atención primaria, que es fundamental. La asistencia compartida con los equipos quirúrgicos, tras la intervención, dado que unas muchas ocasiones, especialmente en personas de edad avanzada, los problemas que tienen está relacionados con sus enfermedades de base. Ese papel de hacer una función compartida e integradora es importante. Se ha visto en la reciente pandemia del Covid, donde hemos demostrado que somos bastante versátiles, participando activamente en la asistencia, pero también en la integración de grupos multidisciplinares. Así que a los jóvenes estudiantes les digo que se formen muy bien y luego si quieren brillar y estudiar mucho más, que busquen un área de conocimiento en la que especializarse, que las hay.

¿Ser médico internista es una vocación?

Yo fui médico interno en Cardiología con el catedrático Miguel Iriarte, e iba seguro para cardiólogo, los compañeros ya lo daban por hecho. Pero cuando iba camino del Gregorio Marañón para tomar la plaza para hacer la residencia, en el tren me encontré con otro médico brillante al que le gustaba también la medicina interna. A mí me había gustado mucho porque había de todo, veíamos cosas que no se veían en ningún otro lado. El hígado en aquella época en Cruces lo llevaba Medicina Interna, también las enfermedades reumáticas, muchos diagnósticos poco frecuentes…, y a alguien que le gusta la medicina le gusta el diagnóstico de casos difíciles y cuanto más difícil el diagnóstico, mejor. Así que, en el camino, en el tren, cambié de opinión hablando con este médico y elegí Medicina Interna. No fue un tema vocacional. Las vocaciones, en general, de pequeño no se tienen muy arraigadas y hay que ir forjándolas a medida que vamos creciendo.