La gran interrelación que existe entre el sistema nervioso central y el aparato digestivo lleva a este último a que se le conozca también como el segundo cerebro. Existen muchas evidencias experimentales de cómo eventos estresantes pueden condicionar alteraciones del intestino y al revés, alteraciones de la microbiota intestinal o determinados alimentos pueden generar alteraciones cerebrales.

El Dr. Juan Antonio Arévalo Serna, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Bizkaia, señala cómo es bastante habitual que veamos a pacientes en la consulta de digestivo que ante situaciones de estrés debutan con un cuadro de trastorno funcional como el síndrome de intestino irritable. Una patología que si bien tiene un fundamento fisiopatológico, cursa en brotes en el contexto de situaciones de estrés.

¿Qué es síndrome de intestino irritable?

Básicamente es una alteración del ritmo intestinal, puede ser en forma de diarreas o de estreñimiento, asociado a dolor abdominal y en muchas ocasiones con hinchazón abdominal. Estas personas se levantan por la mañana con la tripla blanda y a la noche se encuentran muy hinchados. O incluso vemos casos de pacientes que alternan episodios de diarrea y estreñimiento. Y esto les limita mucho la calidad de vida.

¿Cuándo hay que acudir a la consulta?

Lo primero que tengo que remarcar es que hay que acudir a la consulta cuando tengan síntomas, y estos síntomas sean crónicos, recurrentes y limiten su calidad de vida. Para medir la gravedad de esta sintomatología tenemos que utilizar cuestionarios de calidad de vida. Por ejemplo, cuando no quedo con mis amigos por temor a la diarrea o porque me hincho y todo me va a sentar mal. Entonces hay que acudir al especialista de aparato digestivo porque este es el que mejor les va a poder estudiar su caso.

¿Por qué puntualiza en este aspecto concreto?

Porque a veces nos encontramos con pacientes que acuden a otros especialistas previamente, que les cambian la dieta y a veces solo contribuyen a esconder los síntomas digestivos. Los síntomas digestivos muchas veces son difíciles de diagnosticar. Es importante que el estudio de la sintomatología digestiva lo realice un médico especialista en aparato digestivo. Porque nos encontramos con personas que llegan después de haber probado diferentes maniobras. Por ejemplo: me quito un día la lactosa, me quito el gluten, otro día tomo kéfir,… y van enmascarando la enfermedad.

¿Qué consejo daría a las personas que están en esta situación?

Si se hinchan, si tienen episodios de diarrea o estreñimiento de forma crónica que acudan al especialista y no den palos de ciego. Y más si encima hay dolor abdominal.

¿Cómo procede en su consulta para realizar un diagnóstico?

En primer lugar, realizamos un estudio clínico tras hablar con el paciente. Debo recordar que la OMS ha declarado como no útiles y no reproducibles los test de intolerancia alimentaria en saliva o en sangre. Asimismo, los estudios del microbiota intestinal son de enorme interés desde el punto de vista de la investigación básica pero no tienen aplicabilidad clínica. Por lo tanto, en mi consulta hacemos un análisis de sangre y un estudio de heces y ahí vamos a ver cómo el cuerpo absorbe determinadas vitaminas como el ácido fólico, la vitamina B12 y el hierro. Testamos las hormonas tiroideas, descartamos la enfermedad celíaca, perdidas de sangre en heces, presencia de datos de inflamación intestinal o si existe alguna parasitosis.

¿Tiene en cuenta también para el diagnóstico la dieta alimenticia del paciente?

Sí, claro, también analizamos la dieta que hace esa persona. Las restricciones en las dietas las debe establecer un médico especialista en aparato digestivo o un médico endocrinólogo. Como norma general, nuestra dieta mediterránea es insuperable, es la dieta recomendable: 5 comidas ligeras a lo largo del día, una cena absolutamente ligera y un desayuno contundente. Dieta mediterránea con mucho Omega3. Pero no Omega3 en cápsulas, sino alimentos que lo lleven como los pescados azules (sardinas en lata, anchoas, salmón, nueces y si nos gusta el aguacate). Con frecuencia les digo a mis pacientes que si quieren salud no hay nada mejor que una pieza de fruta (el kiwi, por ejemplo, es muy recomendable porque aporta mucha fibra soluble, da lo mismo verde o amarillo, aunque el amarillo es mucho más suave si lo que queremos es generar hábitos) en el desayuno y una tostada con aguacate y salmón.

¿El zumo es una fruta?

Si se puede es mejor una naranja que un zumo de naranja, porque la pieza nos va a aportar mucha más fibra. Idealmente es mejor la pieza de fruta que el zumo. Y nos va a saciar más. Y si al hacer el zumo puedes echarle la pulpa, mejor.

¿Qué leyendas urbanas habría que aclarar?

Las personas debemos incluir en la dieta todos los principios activos. Buscando lo que nos sienta bien. Lo que toleramos y lo que nos gusta. Cada persona dentro de los diferentes principios alimentarios debe tomar aquello que le guste y le siente bien. Si la lechuga te sienta mal o determinada legumbre, no la tomes y empodérate y coge el toro por los cuernos responsabilizándote de tu alimentación.

¿Qué es la mala digestión y cuáles son las causas posibles?

Como su propio nombre indica, es cuando la comida no te sienta bien. Y puede haber infinidad de causas posibles. Probablemente las causas más habituales vienen originadas por las transgresiones alimentarias y el consumo de grasas saturadas, fritos, rebozados, salsas… Recomendamos las comidas limpias, el pescado a la plancha y evitando complejidades. Dicho esto, cuando el malestar es crónico o recurrente hay que investigar la presencia en nuestro estómago de Helicobacter pylori. El diagnóstico hoy es fácil a través de una muestra de heces o un test de aliento. Si el problema no desapareciera se recomendaría un estudio endoscópico.

Y si yo quiero adelgazar…

Sin duda hay que ir al especialista de Endocrinología y Nutrición. De hecho, nosotros siempre les derivamos. Por el contrario, a nosotros los pacientes que más nos preocupan son los que pierden peso de forma injustificada.

Y las personas que padecen de gases y meteorismo….

La mayoría de gente que se hincha tiene gases y flatulencia y el proceso diagnóstico es un poco el mismo. Primero hay que descartar una enfermedad celíaca,…. Y recordar algo importante: muchos lo que tienen es una aerofagia. Que no es otra cosa que comerse el aire. Son esas personas que van corriendo a todas partes. Que no tienen tiempo para comer. Comen de pinchos. Van corriendo y a la noche están hinchados. A estas personas lo que les recomiendo es adquirir unos hábitos saludables de comer bien, comer despacio, no engullir, porque la digestión comienza en la boca. Necesitamos nuestro tiempo para comer. Para no tragarse el aire.

Por último, muchas veces se recurre a Internet en busca de soluciones a estos problemas. ¿Qué opina usted al respecto?

Yo les daría un consejo. Internet puede ser una gran fuente de confusión que puede generar un montón de miedos y es peligroso para temas médicos. Mejor ante la duda, acudir a la consulta con su médico.

Más información:

Hospital Quirónsalud Bizkaia

Junto a la Universidad del País Vasco (Leioa)

Carretera de Leioa-Unbe, 33 Bis

48950 Erandio Bizkaia

Teléfono: 944 898000