El pueblo de Castellfollit de la Roca, uno de los más pequeños de toda Cataluña, se alza sobre un espectacular risco basáltico de 50 metros de altura, en la cordillera Transversal, al oeste de Girona. Tiene casi un kilómetro de longitud y aparece recortado por el río Fluvià en su confluencia con el Turonell. 

El barrio viejo de Castellfollit está situado sobre un riscal basáltico formado por dos coladas de lava superpuestas. El recorrido turístico más habitual se inicia en la plaza de Catalunya y se adentra en las calles de la parte vieja del pueblo. Una parte de esta ruta coincide con la antigua vía romana Annia. Desde la pasarela sobre el río Fluvià puede contemplarse el espectacular risco con el pueblo sobre él.

Las estrechas callejuelas del pueblo desembocan en la antigua iglesia de Sant Salvador, en el extremo del risco, donde se halla un mirador con unas vistas privilegiadas. El pueblo ofrece señalización en braille de diferentes puntos de interés turístico que conforman el itinerario circular que permite recorrer las calles del casco antiguo para llegar a los miradores de la pared basáltica y visitar la iglesia.

Castellfollit de la Roca es una de las puertas de entrada al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, que incluye municipios de gran atractivo natural como Argelaguer, Besalú, Beuda, Mieres, Olot, Montaguti i Oix, Maià de Montcal, Riudaura, Sales de Llierca, Les Planes d’Hostoles, Sant Feliu de Palleros, Sant Jaume de Llierca…

En la Garrotxa hay restaurantes para todos los paladares, para los amantes de la buena mesa y de los productos locales y tradicionales, además de amplias ofertas de turismo inclusivo y deportivo, y de alojamiento.