cIUDAD mesetaria, tranquila y amable aunque también histórica y legendaria, Alcalá de Henares, a 30 kilómetros de Madrid capital, fue la cuna natal de Miguel de Cervantes, cuya casa familiar y museo se pueden visitar. De inspiración cervantina y Patrimonio de la Humanidad, cuenta con una de las universidades pioneras de Europa, además de la calle mayor soportalada más larga del Estado.
Con importantes restos arqueológicos que atestiguan la presencia de diferentes pueblos y culturas, Alcalá de Henares es famosa por el aroma cultural que respiran sus calles y edificios. No en vano, vio nacer a Cervantes en 1547 y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1998. Este reconocimiento no solo se refiere al patrimonio histórico y artístico que atesora la ciudad complutense, también a su trascendente aportación a la cultura universal, especialmente en los siglos XVI y XVII.
El Museo Casa Natal de Cervantes se sitúa en el inmueble donde nació el autor de Don Quijote de la Mancha. Recrea distintas estancias de una casa de los siglos XVI y XVII, mediante una ambientación que persigue que el visitante entre en las habitaciones percibiendo la presencia de sus moradores en el desarrollo de la vida cotidiana.
El museo dedica también dos de sus salas a la exposición de su colección bibliográfica, que cuenta con algunas de las ediciones más importantes de la obra de Cervantes, curiosidades y rarezas bibliográficas. En su exterior, en un banco aparecen sendas esculturas del Quijote y Sancho Panza.
Alcalá de Henares es también famosa por su histórica universidad, fundada en 1499, en pleno Renacimiento. Entre los muros de este edificio vivieron, enseñaron o aprendieron personajes de la talla intelectual de Nebrija, Quevedo, Calderón, Lope de Vega o Tirso de Molina. Gran centro de cultura y saber mundial, se pueden visitar sus patios, el paraninfo, la capilla de San Ildefonso… Además, su fachada, del siglo XVI, es la obra más emblemática del patrimonio complutense. Sobre una pared de ladrillo, Rodrigo Gil de Hontañón ideó una fachada en piedra caliza.
Soportales
El paseo te llevará a la calle mayor de Alcalá, la más larga soportalada del Estado. Durante la Edad Media fue el eje de la judería de la ciudad y, en la actualidad, todavía se advierten algunos restos de la madera policromada de sus vigas originales. Y si te encuentras con fuerza, todavía te queda conocer la cárcel vieja, el hospital Santa María la Rica, el palacio de los Arzobispos de Toledo, los restos de sus murallas, el monasterio cirsterciense de San Bernardo o el museo arqueológico regional.