La localidad costera de Biarritz siempre ha destacado entre sus vecinas por recibir a lo más granado de la sociedad durante las vacaciones de verano. Un paisaje impresionante entre los prados verdes de la montaña que anuncian el Pirineo, unas largas playas de arena fina y un mar Cantábrico que este en calma o azotado por las tormentas del oeste es un espectáculo que embelesa.

Pero más allá de visitantes ilustres que empezaron allegar siguiendo el ejemplo de la emperatriz Eugenia de Montijo, Biarritz destaca por ser un bullicioso destino de veraneo para muchos turistas que buscan actividades al aire libre relacionada con el mar, surf y vela especialmente, aunque también hay mucho aficionado a la pesca deportiva en el mar, y los veraneantes de siempre, que se encuentran en las rutinas vacacionales una salida al estrés de todo el año.

También ha sido refugio de muchos exiliados, tanto de los que huyeron desde el sur tras una guerra y una dictadura como los llegados del este de Europa primero para escapar del crudo invierno y después evitar revoluciones y otras persecuciones.

La Gran Plage de Biarritz con el casino a la derecha. el hotel Palais en el centro y el faro al fondo. Freepi

Todo esto ha dejado una profunda huella en la arquitectura local, en la que se mezclan los tradicionales caseríos y construcciones de estilo vasco con edificios de art decó y modernas edificaciones. También resulta atractivas las hermosas villas particulares que salpican el paisaje, tanto el urbano de Biarritz como a lo largo de la costa. El encantador núcleo central, entorno al viejo puerto pesquero, mantiene su aroma tradicional de pueblo costero, pero más allá de las actividades marítimas, los amante del deporte puede también disfrutar del golf, de las carreras de caballos y trotones, del rugby y del squash. El Museo Olímpico es un ejemplo de la pasión con la que se vive el deporte en Biarritz.

Estos son algunos de los atractivos que hay que conocer en Biarritz.

Las playas de Biarritz

Para muchos son sus principal atractivo. Cubre todo el litoral de la localidad y a pesar de ser eminentemente urbanas, mantiene una aspecto salvaje batidas por las olas, el viento y el sol. De sur a norte, entre el moderno museo Cité de l’Océan y el impresionante faro se suceden la playa Milady, la playa de Marbella, la playa de la Côte des Basques, la playa de Port Vieux, y la Grande Plage, que se divide entre la playa de Biarritz y la playa de Miramar. El hotel du Palais Cada una tiene su estilo y sus propias características que las hacen diferentes y con su publico concreto.

La Rocher de la Vierge

Este islote bautizado como la Roca de la Virgen se levanta del mar entre las playas de Cotes des Basque y la Gran Plage muestra en lo alto la imagen sacra que le da nombre. Una pasarela metálica la conecta con la costa y son numerosos los paseantes que lo cruzan para contemplar la ciudad desde el mar o realiza una plegaria ante la imagen. La panorámica se corta al norte con el cabo sobre el que está el faro, pero por el sur, los Pirineos corta el aliento.

Le Plateau de l’Atalaye

El mirador de la Atalaya es otro de los lugares de visita inexcusable. que tienes que ver en Biarritz. Desde lo alto se vigila la llegada de los barcos y se avisaba de la presencia de ballenas para que los pescadores pudieran cazarlas. Aun se conserva el arco que sujetaba la antigua campan. También es un estrado perfecto para asistir al espectáculo de las olas rompiendo contra la costa. Una pasarela permite llegar hasta las peñas de Gamaritz.

Rocher du Basta

La roca de Basta es un tercer mirador desde el que poder disfrutar del mar y la costa a placer. Su vista sobre el puerto pesquero es privilegiada y permite también ver desde el mar algunos de los edificios más emblemáticos del paseo marítimo de la ciudad.

Puerto de los Pescadores

A pesar de que las zona de los puertos suelen ser bulliciosas con la presencia delos turistas, el puerto de los Pescadores de Biarritz es comparativamente tranquila con respecto al resto de la ciudad. Mantiene la esencia y el espíritu de los viejos marineros pescadores, muy distinto del puerto deportivo, con sus veleros y yates. Los edificios mantiene su estética de vivienda marinera tradicional, pero abundan en sus bajos los restaurantes especializados en pescado. .

Faro de Biarritz

Después de verlo al fondo en cada para da para disfrutar de las vista costera, es inevitable acabar a sus pies en la punta de San Martín. Visitable hasta subir a su linterna, sus 40 m de altura lo convierte en una atalaya de vértigo para piernas resistentes. En sus jardines destaca un reloj de sol en el que el visitante puede convertirse en la aguja que marca la hora. Es muy recomendable obedecer los carteles que recomiendan no acercarse demasiado a los acantilados y que hay cierto riesgo.

Acuario de Biarritz

Si se visita la ciudad con niños, tarde o temprano se entrara en el Acuario de Biarritz. Desde el año 1933, este edificio a mostrado una importante colección que recoge la fauna y la flora del Golfo de Vizcaya. Sus cuatro plantas dan para una completa visita, que incluye desde los espectaculares esqueletos de grandes cetáceos hasta una didáctica explicación de las artes vascas de pesca. Cuenta con una piscina de focas en las que la hora de la comida es el momento de mayor afluencia de espectadores.

La Cité de l’Ocean

Es el último museo que se ha levantado en Biarritz y complementa el acuario. La Ciudad del Océano ofrece espectaculares maneras de conocer qué es un océano y desentrañar sus secretos, desde por qué es salado a como se forman las olas. Es interactivo y se puede surfear, sumergirse en lo más profundo del golfo de Capbreton y vivir experiencias en 3D.

Casino Barrière

Al igual que el Acuario, este edificio es característico del Art Decó, el estilo que se impuso durante el periodo de Entreguerras. Frente a la Grand Plage, los aficionados al juego disfrutarán del antiguo ambiente de su época dorada, los demás podrán disfrutar de las vista sobre el Cantábrico.

Hôtel du Palais

La antigua residencia de verano de Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo es ahora un espectacular hotel frente al mar. De llamarse Villa Eugenia, que ya es modestia para un edificio de estas características, pasó a hotel de lujo para las grandes celebridades que han visitado y visitan Biarritz. Así dos clientes habituales como Gary Cooper y Frank Sinatra inauguraron la piscina del hotel. Eran de confianza. Sus 5 estrellas garantizan el mismo lujo y glamour que entonces.

El Museo Asiatica

A comienzos del siglo XX la admiración por el arte oriental, fruto de la colonización europea de Asia, llegó a su máxima expresión. Este de Biarritz es uno de los cinco más importantes de Europa. La colección del museo se compone de más de 1000 obras de arte, desde la prehistoria hasta nuestros días, y representan regiones de India, Nepal, Tíbet y China. LA fascina ción actual pro y todo lo que viene de ese continente no es nueva, por mucho que el anime y el K-Pop parezcan lo más de lo más.

Iglesia de Santa Eugenia

Dominando la silueta de la parte más antigua de Biarritz se alza sobre el viejo puerto la iglesia de Santa Eugenia, fechada en 1898 entre 1903 y como sustituta de una capilla anterior de 1856. Su estilo neogótico bizantino le da un aura muy especial, diferente de las iglesias tradicionales de esta zona. Sus vidrieras destacan en su decoración.

Iglesia ortodoxa de Biarritz

Otro de los templos más especiales de la ciudad. La iglesia rusa, como también se la conoce se levantó a finales del siglo XIX y es una muestra de las estrecha relaciones entre Francia y la Rusia de los zares. La clase alta de ese país cruzaba Europa para venir de vacaciones a la costa vasca.

Capilla Imperial de Biarritz

Otra huella de la especial relación de Napoleón III con esta ciudad. Junto al actual Hotel du Palais, era la iglesia donde acudían a misa el emperador y su esposa. Siguiendo el estilo románico y bizantino imperante en esa época, hace honor al origen andaluz de Eugenia de Montijo incluyendo detalles hispano-moriscos. La titular del templo es la Virgen de Guadalupe, patrona de México, con motivo de la guerra en ese país en apoyo del emperador Maximiliano.