Coincidiendo con la reciente celebración del Día Internacional de los Humedales a inicios de febrero, hoy proponemos una visita al lago alavés Arreo-Caicedo Yuso, cerca de Lantarón, el lago natural más importante de Euskadi y de prestigio internacional. Cuenta con medidas especiales de protección, tanto vegetación como fauna diversa y propia, y reclamos turísticos cercanos como las Salinas de Añana.

Euskadi posee seis humedales en la Lista Ramsar: Urdaibai, Lagunas de Laguardia y Txingudi, Colas del embalse de Ullibarri-Ganboa, Salinas de Añana, Lago Arreo-Caicedo Yuso y Salburua. Tanto de interior o costa, los humedales son ecosistemas de gran valor por los procesos que en ellos se dan cita, claves para la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de redes tróficas o el reciclado de nutrientes.

En el caso del de Arreo-Caicedo, es el lago natural más importante de Euskadi. Se encuentra situado en el cuadrante sur occidental de Araba, a caballo entre las localidades de Caicedo-Yuso y Arreo, municipio de Lantarón, y a una altitud de 680 metros. Constituye la única representación de sistema lacustre permanente en Euskadi y en su interior –su extensión es de casi 150 hectáreas– destaca una amplia extensión de malvaviscos y en los niveles profundos crecen algas y hasta alguna planta carnívora.

El humedal alavés, cercano a Salinas de Añana, resalta por su belleza, como se advierte en las imágenes. NATURA 2000 Y TURISMO DE AÑANA

El lago alavés, que nutre de agua salada al Valle de Añana, pertenece a la red Natura 2000 y tiene reconocimiento internacional, ofrece una vegetación diversa, en las laderas periféricas del lago de carrascas y quejigales, y comunidades muy singulares ligadas al agua, con especies propias de aguas dulces y salinas.

Cuenta con una población estable de focha común y otras aves acuáticas como la culebrera europea, el aguilucho pálido, el abejero europeo o el alcaudón dorsirrojo, y entre los invertebrados destacan la doncella de ondas y el corta narices. Además, constituye un punto de parada de aves migratorias.

También resulta de interés su flora, con hábitats representativos como los quejigares, encinares y robledales de roble marojo y pedunculado. Destacan especies como la berula, la jara rizada, el junco espinoso, la utricularia australis y la frankenia pulverulenta.

Ruta

Tanto en bicicleta como a pie, se recomienda realizar una ruta circular de seis kilómetros, “sencilla y bonita, con familia o amigos”, para conocer el lago. La visita parte de la ermita Nuestra Señora del Lago y prosigue por un camino de tierra (GR-1) que conduce a un alto que ofrece una bonita panóramica del humedal antes de llegar a él.

Desde allí, se puede conectar con Salinas de Añana y disfrutar de un paisaje con una orografía algo irregular, pero en un entorno privilegiado.