Con la mejora de las previsiones meteorológicas, que cada vez afinan más, es más fácil evitar que nos pille la lluvia cuando estamos en la carretera o en la calle, pero hay veces que llega por sorpresa y, si bien para los conductores de coches apenas requiere aumentar la precaución, se convierte en algo especialmente desagradable para motoristas, ciclistas, usuarios de patinetes y vehículos similares y peatones, que muchas veces acaban empapados y viviendo situaciones peligrosas por lo resbaladizo del suelo.

Lluvia de heces fecales

Y todo ello si consideramos que lo que cae es agua, ya que la cosa se puede complicar si se trata de granizo o de nieve. Lo que nadie puede esperar es que lo que caiga del cielo sean heces fecales. Pero ha sucedido en China, en una carretera de la localidad de Nanning, la capital de la región de Guangxi, al sur del país y cerca de la frontera con Vietnam.

Ocurrió hace unos días a media mañana, junto a una transitada carretera que discurre en torno a la ciudad y que se encontraba en obras, con dos carriles cortados en un sentido. Al parecer estaban realizando una prueba de presión tras la reciente colocación de unas tuberías de alcantarillado cuando algo salió mal y se produjo una violenta explosión de una tubería de aguas fecales. Tanta fuerza tenía que provocó que volcara una excavadora que se encontraba en el lugar de las obras. Además, el contenido de esa tubería salió disparado y alcanzó diez metros de altura formando una columna que derramó todos los excrementos por encima de quienes pasaban por allá en coches, en motos, en bicis o incluso caminando.

Vídeos virales

Las cámaras de vigilancia captaron el momento de la espectacular explosión, que se ha hecho viral en diferentes redes sociales, y también se han podido ver numerosos vídeos grabados desde el interior de algunos vehículos que pasaban por ahí en ese instante y que vieron cómo de repente llovían heces sobre sus coches, activándose los limpiaparabrisas para tratar de dispersar un desagradable y viscoso material para cuya eliminación no están preparados.

Por suerte, el desgraciado suceso no causó ningún herido ni provocó accidentes de circulación, pero sí produjo daños en varios de los vehículos, más allá del susto, la suciedad y el mal olor que a buen seguro impregnó a todos los coches, motos, bicis e incluso personas que tuvieron la mala suerte de pasar junto a las obras en el momento de la explosión.