Cada vez hay más empresas que realizan entregas a domicilio, buscando llegar a una clientela a la que le da pereza o directamente no puede acudir en persona a realizar sus compras. Y también son cada vez más los restaurantes y locales de comida rápida que ofrecen ese servicio, con lo que es muy habitual ver por las calles a repartidores en coches, motos, bicis e incluso patinetes eléctricos llevando la comida o la cena a una casa.
Unos repartidores que tienen que soportar el tráfico, el frío, la lluvia y a veces también a algunos clientes que no se lo ponen fácil. Es lo que le ha sucedido a una trabajadora, que ha relatado su historia a través de Reddit y que se ha hecho viral ante la situación vivida.
Una entrega a última hora
La repartidora cuenta que le surgió una entrega de un pedido para la que tendría que conducir unos 9 kilómetros por algo menos de 10 euros. “Normalmente no aceptaría esta oferta, pero era casi el final del día y me pillaba más cerca de mi casa de lo que estaba, así que decidí aceptarla”, comienza escribiendo.
"Abriré la puerta desnudo"
La joven llegó al restaurante y, al ver que la comida no estaba aún preparada, se puso a navegar por su móvil y en ese momento le llegó un mensaje del cliente al que tenía que llevarle la comida. “Solo para que sepas que soy nudista y abriré la puerta desnudo”, le escribió, y ella automáticamente decidió que cancelaría la entrega.
Así se lo comunicó a su empresa, pero antes de realizar la cancelación quiso saber si eso afectaría a las asignaciones de futuros pedidos. “Ni siquiera me importaba no recibir una compensación por el viaje que había hecho hasta el restaurante, sólo trataba de que no se redujera mi tasa de finalización”, explica.
Penalización de la empresa
Su intención era evitar recibir una penalización que hiciera que se le asignaran menos pedidos a partir de entonces, pero a su empresa un cliente desnudo no le pareció una justificación lo suficientemente válida como para desistir de ese servicio. “Básicamente me dijeron que no era una razón suficientemente buena y que si cancelaba mi asignación, mi tasa de finalización bajaría y no me pagarían nada”, añade. “Yo estaba como: ‘Está bien, está bien. Si eso es lo que tengo que hacer para no ver el miembro de un extraño, entonces adelante y castígame’. Y simplemente dijeron ‘¡Genial, te cancelaré la asignación!”.
Reflexiones de la repartidora
Tras esa experiencia, la mujer lanza unas preguntas que han dado para muchos comentarios en la red social. “¿Soy solo yo o es extremadamente jodido que te castiguen por no sentirte cómodo entregando comida a alguien que no conoces y que te ha dicho que estará desnudo al llegar? ¿Estoy loca por pensar que esto debería ser una razón suficiente para cancelar la asignación de un pedido sin disminuir su tasa de finalización?”.
Y no puede entender la actitud del cliente. “Si eres nudista, bien por ti. No estoy aquí para fastidiarle la comida a nadie. Pero si vas a pedir entrega a domicilio, al menos ten la cortesía de ponerte una bata o simplemente selecciona dejar en la puerta. No quiero ver tus partes cuando te entregue tu hamburguesa”, finaliza.
