La ruta del bakalao... bueno
Como hace tiempo que Bilbao es todo un mapamundi de bilbainadas, hay un autobús que hace la ruta del bakalao. Pero ¡ojo! No aquella del chunta, chunta... sino la de verdad
NO hablamos de aquella ruta musical que fue el estandarte de la noche durante una década, sino de la expedición del nuevo bus turístico que Bilbao acaba de estrenar con dos anfitriones de categoría, Carlos Samaniego al volante y Cristina Díez, a los mandos. A bordo, toda suerte de viajeros, principalmente guiris talluditos como Ingrid, finesa parlanchina que se ha subido en la parada del Museo Guggenheim y con la que, muy a nuestro pesar, es difícil interactuar. Por contra, aparecen dos veinteañeros andorranos, Eva y Michel, más discretos pero a los que se les entiende todo. “Hemos hecho un pequeño tour por Iparralde y ahora recalamos en el sur de Euskalherria. Hemos dado un rule por Donostia (llegamos el sábado) y nuestra última parada es Bilbao”.
A Eva, mirada azul y piel enrojecida por el ¿sol?, le ha sorprendido la limpieza de las calles “está todo tan tranquilo, y se respira tanta paz”. ¡Pobre, qué le habrían contado! Lógicamente viniendo de Andorra, el verde no les llama la atención aunque “hemos visto un campo muy grande con una chimenea -el parque Etxebarria se deduce- que nos ha flipado porque en nuestra zona en esos espacios siempre se tiende a construir”, aclara Eva. Michel se ha quedado con la copla de tanto perro suelto, pero resalta que “la gente es muy simpática y acogedora”. Otro visitante que venía repletito de leyendas urbanas.
Los viajeros de este bus son insaciables. Necesitan saberlo todo. “Quieren ver la ciudad y pararse en los puntos clave. Se suben y preguntan y si bajamos aquí qué podemos hacer, cómo se puede llegar a ese monte de ahí -Artxanda-, dónde paramos a comer. Luego te cuentan que la torre Iberdrola les ha gustado un montón o que el Casco Viejo les parece supercoqueto”, cuenta Cristina Díez, detallando el devenir de un transporte del que te puedes apear en cualquier momento y cuyo billete es válido 24 horas.
Carlos Samaniego, conductor del Bilbao City Tour también alucina porque la gente pregunta muchísimo “y claro mi dominio de idiomas es un poco justo, no como el de Cristina”, bromea. “Yo no había tocado nunca el turismo y esto no tiene nada que ver con otros servicios, aquí la gente es muy amable, muy educada, y muy curiosa”. Samaniego reconoce que las manifestaciones y los cortes de carretera pueden obligar a hacer modificaciones en el trayecto “pero ellos ni se inmutan, vienen supertranquilos”. “¿Nacionalidades? Muchos alemanes, franceses, argentinos, algún que otro italiano y también algún grupo de Bilbao”. El lunes fue un día de infarto. La llegada de un crucero colgó el cartel de no hay billetes.
La meteorología gris no es un handicap, y algunos tiran de humor para preguntar en qué lado pega más el sol. “Bilbao se disfruta también con nubes y el Guggenheim tiene su encanto en un día nublado porque según impacta la luz se ve de una forma o se ve de otra”, relata Cristina, quien no deja de aclarar dudas, a pesar de que los viajeros llevan unos auriculares con diferentes pistas hasta para nueve idiomas. Mientras tanto nuestros jóvenes de Andorra, instalados en la parte alta, se muestran encantados al paso por el Museo de Bellas Artes, Azkuna Zentroa o el Teatro Arriaga. “Si hasta nos ha hecho un tiempo estupendo”, dicen. El escote y la nariz de Eva dan fe.
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