El Circo del Sol (Cirque du Soleil) nació como empresa de espectáculos en 1984 y su nombre se debe a la inspiración que sintió uno de sus fundadores, Guy Laliberté, cuando contemplaba una puesta de sol durante un viaje a Hawái. Han pasado treinta años y aquel embrión se ha convertido en un fenómeno mundial que mueve, y vale, millones. La empresa propietaria de esta marca confirmó ayer su venta a un grupo de inversores internacionales, encabezado por la firma estadounidense TPG, por una cantidad no desvelada pero que se calcula en unos 1.500 millones de dólares.

Aunque los detalles de la operación no son públicos, fuentes cercanas a la institución adelantaron la semana pasada que TPG se hará con la mayoría del accionariado del Circo del Sol, mientras que el grupo inversor chino Fosun y la institución financiera canadiense Caisse de Dépôt et Placement du Québec tendrán participaciones minoritarias. La venta del Circo del Sol pone punto y casi final a una increíble aventura iniciada hace poco más de treinta años por un artista callejero, Guy Laliberté, y dos amigos de la ciudad de Montreal (Quebec). Aunque Laliberté, uno de los tres fundadores originales y que controla en la actualidad alrededor del 90% del circo, mantendrá una participación minoritaria, un 10%, y la sede de la compañía se quedará en Montreal, la venta supone el inicio de una nueva era para una troupe identificada con sus humildes orígenes.

‘Comefuego’ Cuando Laliberté, Gilles Ste-Croix y Daniel Gauthier crearon en 1984 el Circo del Sol, el primero era un comefuego y los dos últimos gestionaban un hostal para jóvenes artistas callejeros en Québec. Y, aunque el excéntrico multimillonario Laliberté, conocido también por su afición al póquer profesional y por ser uno de los primeros turistas espaciales, se ha convertido con el paso de los años en el alma máter del Circo del Sol, la verdad es que fue Ste-Croix quien tuvo la idea original.

Según el propio Ste-Croix contó en una entrevista en 2009 a la revista Coast, tras vivir en una comuna hippy en 1979 y trabajar en la recogida de manzanas, decidió crear un grupo de artistas callejeros, aunque para ello necesitaba una subvención del Gobierno de Quebec. Para lograr la ayuda pública, Ste-Croix se calzó unos zancos, los mismos que había intentado utilizar para recoger manzanas con más eficacia, y protagonizó una caminata de cerca de 100 kilómetros de ciudad en ciudad. “Así que me dieron 75.000 dólares para empezar mi grupo callejero. Y, en 1982, empezamos a actuar en una pista, a la que cubrimos con una gran carpa, en lo que fue el inicio del Circo del Sol”, explicó Ste-Croix.

Inicio difícil Ese éxito inicial permitió a Ste-Croix, Laliberté y Gauthier recibir más subvenciones públicas y convertir en 1984 el grupo inicial, llamado Les Echassiers de Baie-Saint-Paul, en un circo real, el Circo del Sol. Ste-Croix también reveló que los primeros años del Circo del Sol fueron difíciles, “no fueron un gran éxito”, pero todo cambió en 1987 cuando fueron invitados a actuar en el Festival de Los Ángeles.

Laliberté, que con el paso de los años se hizo con el control absoluto de la compañía al comprar gran parte de sus participaciones a Ste-Croix y Gauthier, ofreció una explicación diferente de los inicios del Circo en otra entrevista en 2011 a la revista Fortune. “Yo fui capaz de conseguir nuestro primer contrato con el Gobierno por un millón de dólares. Fue un contrato, no un subsidio”, dijo entonces. Laliberté también señaló que él fue quien negoció la presencia del Circo en el Festival de Los Ángeles, que supuso el gran éxito inicial de la compañía. “Yo llené la sala con personalidades como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y directivos de Columbia Pictures”, declaró. Allí se lanzó un proyecto que es hoy un fenómeno mundial.