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Pan de oro para nuevos ricos en la Costa del Sol

Un panadero de la Serranía de Ronda elabora el “pan más caro del mundo”, consumido por rusos, chinos y árabes

Pan de oro para nuevos ricos en la Costa del Sol

Las penas con pan son menos. Y si el pan contiene polvo de oro comestible en su interior y copos del metal precioso en su corteza, a modo de adorno, las penas brillan tanto como el oro, pero por su ausencia. Un panadero de Algatocín, un pequeño pueblo de la Serranía de Ronda (Málaga), ha elaborado el que ha calificado como “el pan más caro del mundo”, unos bollos hechos con oro comestible que cuestan 117 euros cada pieza de 400 gramos. Los nuevos ricos que pueblan la Costa del Sol son sus principales clientes.

El creador de este exclusivo pan, Juan Manuel Moreno, ha indicado a Efe que está hecho con los ingredientes “más sanos”, lleva masa madre de maíz no transgénico, espelta con miel deshidratada y el componente estrella, el oro incorporado en polvo en su interior y en copos a modo de decoración en su exterior. El panadero asegura que, aunque el oro “no aporta ningún sabor especial” al pan, sí que le otorga lujo y exclusividad, un componente muy demandado por los clientes más exquisitos.

Este pan, que se comercializará por encargo en una cadena de supermercados, fue presentado ayer en Málaga por el panadero que lo ha elaborado y por la diputada provincial de Desarrollo Económico-Rural, Leonor García Agua.

Según señaló Moreno, estos panes van dirigidos a clientes rusos, árabes y chinos de alto poder adquisitivo afincados en la Costa del Sol, que son los que “suelen mostrar interés” por este tipo de productos exclusivos. No obstante, un restaurante de Ronda ya ha mostrado interés por incluirlo en su carta.

La idea de crear el pan más caro del mundo le surgió a Moreno cuando vio que en una pequeña tienda de Alhaurín de la Torre (Málaga) vendían el café más caro del mundo, pensó que el podría hacer lo mismo y buscó los mejores ingredientes para ello. Moreno es el gerente de la panadería Pan Piña, un pequeño establecimiento familiar fundado en 1940 en Algatocín, que elabora panes tradicionales en horno de leña y los comercializa por la provincia.

Cava para acompañar Y si, pese a tener sobre la mesa el pan más caro del mundo, no le sirve a estos exquisitos comensales para librarse de las penas que les puedan afligir, pueden optar por ahogarlas en cava. La crisis no parece que vaya a aguar la fiesta a los productores de esta burbujeante bebida espiritosa. El Consejo Regulador del Cava calcula que esta Navidad se consumirá en el Estado español un 2% más de botellas de cava que el año anterior, unos 45 millones de unidades en total. Así lo han avanzado a Efeagro fuentes de este Consejo, que detallan que, de esta cifra global, 15 millones de botellas corresponderán a cavas reserva; 2,5 millones, a los gran reserva; y 27,5 millones, a cavas jóvenes. Las mismas fuentes han apuntado que se espera cerrar el año con unas exportaciones de 160 millones de botellas.

La asociación de pequeñas y medianas elaboradoras, Pimecava -especializadas en reservas y productos premium- confía en que esta campaña de Navidad sea de “consolidación” y “quizás aumenten un poco las ventas, pero no de forma significativa”.

El presidente de esta patronal, Pere Guilera, ha asegurado que se mueven “en los mismos parámetros del año pasado”, porque “la recuperación económica aún no ha llegado al consumidor” y en su opinión persisten los problemas de la restauración. “La situación es la que es, y no tenemos que engañarnos”, ha afirmado Guilera, quien, no obstante, afronta con mayor optimismo el futuro porque “este año ya será el último de la crisis y las expectativas es que a partir de ahora todo va a mejorar”. No tanto como para poner pan de oro en todas las mesas, pero sí al menos para brindar con más alegría.