Todo esfuerzo tiene su recompensa. Y si no, que se lo digan a Mikel Basaras y Leire Sarasola. Estos dos jóvenes tienen algo en común, y es que, hablando en números, han conseguido las dos notas más altas de la selectividad en la CAV de este año. Mikel con 9.8 de media y Leire con un 9.7 (sobre 10) afirman que la clave de tener unos buenos resultados académicos se basa en las constancia y la buena organización.

Mikel Basaras es un bilbaino de 18 años al que le gusta el esquí, el gimnasio y salir con los amigos, además de participar en actividades de voluntariado. Afirma que prefiere un poco de presión a la hora de estudiar: "Cuantas más cosas tengo que hacer, mejor me administro y me cunde mucho más el tiempo", aclara. En cambio la joven sopeloztarra Leire Sarasola asegura que no le gusta nada la presión ni la obsesión en conseguir una nota determinada. Leire necesita compaginar el estudio con otras actividades, "si no, me saturo y no puedo estudiar", confiesa la joven de 18 años. Para evitar esta saturación, Leire alterna el estudio con la natación, el gimnasio y quedar con sus amigos.

La vida académica de estos preuniversitarios ha empezado ya a cambiar. Ambos han realizado ya la prematrícula en la universidad. Por un lado, Mikel estudiará Ingeniería Industrial en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería situada en San Mamés. Lejos de la ingeniería, Leire cursará en septiembre Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Deusto.

Estos dos vizcainos saben que con sus notas en la prueba de acceso a la universidad, podrían elegir cualquier carrera. Sin embargo, Leire Sarasola sólo necesitaba un 5 para entrar en ADE. "Al ir a la Universidad de Deusto, ya realicé una prueba de admisión y sólo necesitaba aprobar la selectividad", comenta. Pero pese a ello, Leire decidió hacer las dos fases de la selectividad, la general y la específica, siendo esta segunda fase para subir nota.

iNDECISOS Mikel Basaras vivió una selectividad diferente. En su mente estaba la Ingeniería Industrial, cuya nota de corte el anterior año fue de 9,5. "Si no hacía específica era mucho arriesgar, al final hice mate y química para subir nota", afirma el bilbaino.

Ambos se describen con la misma palabra en su elección de carrera universitaria: "Indecisos". Normal en una sociedad repleta de posibilidades de estudios y en unos tiempos en los que es difícil acertar con las salidas profesionales de las carreras. Mikel confiesa que en un principio estaba interesado en estudiar el grado de Matemáticas, pero que al final no vio muchas salidas laborales y optó por la Ingeniería Industrial. Leire, por otro lado, echó el ojo a una carrera nueva que va a ofertar la Universidad de Deusto, Relaciones Internacionales, pero la incertidumbre de cómo sería la carrera y la posibilidad de especialización en una rama parecida en ADE le hicieron decantarse por esta última.

Una vez terminada la carrera universitaria, a Leire Sarasola no le importaría estudiar otra carrera. La joven no descarta estudiar a distancia Psicología mientras estudia ADE, "más que para ejercer profesionalmente, lo estudiaría por saber", afirma. Mikel Basaras se ve trabajando en algo relacionado con el transporte ferroviario. Para poder trabajar en este sector, Mikel deberá especializarse en ello después de cursar los cuatro años del grado. Así mismo, ambos opinan que los idiomas son importantes para hacerse un hueco en el mercado laboral. Leire posee el título de EGA y se ha presentado este año al Advance de inglés. Mikel, en cambio, como actividades extra escolares estudia inglés y alemán.

Ahora, a estos dos estudiantes les toca dejar los libros a un lado y disfrutar del verano. Leire irá con sus amigas de vacaciones a Ámsterdam y Berlín. A Mikel le esperan las playas de Mojácar.