Bilbao

CUMPLIR años significa contar con la oportunidad de aprender, de crecer, de desarrollarse. Y significa, por ende, estar vivo. El suplemento Ortzadar está más vivo que nunca y afronta su decimoquinta temporada con las mismas herramientas con las que arrancó en octubre de 1997: ilusión a raudales y un compromiso firme con el euskera y con la cultura vasca. Los objetivos y anhelos primigenios se han mantenido inalterados, no así la estructura y los contenidos del semanal de DEIA, que se han visto reforzados y enriquecidos con el paso de los años.

La lista de escritores, bertsolaris músicos, historiadores, investigadores, arquitectos, publicistas, críticos, editores, artistas y periodistas que han colaborado con Ortzadar es extensa. Nombres como los de Unai Elorriaga, Miren Agur Meabe, Harkaitz Cano, Irati Jiménez, Xabier Mendiguren Elizegi, Katixa Agirre, Ander Lipus, Patxi Huarte (Zaldi Eroa), Ander Izagirre, Aritz Galarraga, Sabin Bikandi, Patxi Laborda, Gorka Estankona, Andoni Iturbe, Marta Ortiz, Ibon Egaña, Josu Goikoetxea, Goizalde Landabaso, Antxon Agirre, Mikel Gorrotxategi, Jon Urrutxurtu o Txuma Murugarren, por citar solo unos pocos, han contribuido a cimentar una trayectoria sólida y multidisciplinar.

Además, Ortzadar instauró e impulsó desde sus inicios un concurso literario para neófitos (iniciativa singular, y más viniendo de un periódico). A esta apuesta le siguió en 2011 el concurso de cómic Rekalde-Ortzadar (KMK Lehiaketa), que este año celebra su segunda edición (exposición incluida).

monográfico Ortzadar inaugura mañana sábado su nueva temporada, y lo hace con el primer monográfico de su historia, que estará dedicado al pensador y escritor guipuzcoano Joxe Azurmendi (Zegama, 1941), catedrático emérito de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad del País Vasco, que este mismo año recibirá el Premio Eusko Ikaskun-tza de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales 2012.

Pesimista activo, como él mismo se define, Azurmendi es un ejemplo de lucidez y compromiso con el euskera y con el pueblo vasco. Su mentalidad abierta y su afán pedagógico han hecho de él un pensador sagaz y sus obras se cuentan entre las indispensables para cualquiera que quiera indagar en las raíces del llamado conflicto vasco.