LOS clásicos no entienden de edad y el coche del Titanic no iba a ser una excepción. 103 años de vida no son obstáculo para esta joya del automovilismo mundial, que ha sido testigo de los sucesos más relevantes que han acontecido en el último siglo, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la caída de las torres gemelas de Nueva York. Después de largas idas y venidas, esta pieza de museo ha vuelto a relucir en Gipuzkoa. Recaló hace dos años en el territorio con un aspecto deplorable y en estos momentos se encuentra totalmente renovado en Astigarraga, en el taller Carrocerías Mena, donde lo han rehabilitado.

El vehículo, bautizado como Brush Roadster, fue fabricado en 1909 e iba a ser trasladado a Londres en 1912, con el propósito de presentarlo al público europeo. El automóvil se encontraba listo para embarcar en el Titanic. Sin embargo, el hundimiento del mítico buque condicionó el viaje del coche y lo demoró diez días. Por eso, tuvo que cruzar el océano Atlántico a bordo del Olimpic, barco gemelo del Titanic. La expectación para recibir al legendario vehículo era inmensa y a su llegada a tierras británicas fue presentado como una auténtica primicia.

La Fundación Titanic, interesada en adquirir un tesoro de tal magnitud, comenzó a indagar en internet y al cabo de tres años dio con el dueño del automóvil. Durante décadas, el histórico coche perteneció a un anticuario francés. "Nada más localizar el coche, contactamos con el coleccionista para empezar las negociaciones, pero nos llevamos una decepción tremenda. El coche estaba fatal, totalmente abandonado y en lastimosas condiciones", confiesa Jesús Ferreiro, presidente de la Fundación Titanic, que cuenta con su sede ejecutiva en Donostia.

De esta forma, los dirigentes de la institución dieron cuenta de la necesidad de hacer una restauración total. "Recibimos numerosas recomendaciones de talleres de Barcelona, Madrid, Sevilla o Vigo. De todas ellas, la que más garantías nos ofrecía y la que más nos convenció fue la de Astigarraga, por su experiencia con este tipo de vehículos y, evidentemente, por cercanía", subraya. Durante año y medio, el antiguo turismo ha sido sometido a un lavado de cara en todos los sentidos. "Lo hemos desmontado entero. Ha sido como reparar un reloj, ya que las piezas eran muy pequeñas y extremadamente delicadas", detalla Axier Mena, uno de los mecánicos del taller. Asimismo, relata que han tenido que recuperar todas las piezas originales, por "la falta de repuestos". "Hemos mantenido la base original. Ninguna pieza es nueva, todas son restauradas. Lo primordial era mantener la esencia del coche y nosotros lo hemos tratado como tal, con mucho cariño y responsabilidad", apunta.

Una transformación que ha servido para que parezca que los años no han pasado factura a esta vieja gloria. Esta obra de arte es un biplaza ligero, pesa alrededor de 369 kilos, posee una elegante carrocería y unas envidiables llantas de madera. Gracias a su motor de diez caballos y una caja de cambios de ocho velocidades hacia adelante y una marcha atrás, es capaz de alcanzar los 39 kilómetros por hora.

En 1909, el año en el que se fabricó, se vendió por 639 dólares, lo que correspondía a casi nueve meses de sueldo para un obrero americano. A día de hoy, en cambio, el valor del automóvil ha ascendido considerablemente, y podría rondar entre 250.000 y 300.000 euros, tal y como aseguró Jesús Ferreiro. "Ese es su importe solo como vehículo que funciona, no como un coche histórico. Al fin y al cabo, las cosas valen lo que cada uno quiere pagar", apostilló.

En adelante, se procederá a la exhibición del coche histórico en exposiciones de vehículos clásicos que tendrán lugar tanto en París como en Barcelona. "Nos lo están pidiendo casi de rodillas, pero aún está por concretar su destino. Es probable que lo expongamos en las dos ciudades o tal vez en ninguna, quién sabe. Por encima de todo, lo que más nos interesa es su relación con el Titanic", recalcó Ferreiro.

Así, la entidad ha decidido enviar a Kate Winslet, la pareja de Leonardo DiCaprio en la película sobre el malogrado barco, una botella personalizada del champagne del Titanic.