Doctor de los famosos: "Cumpliremos 70 casi sin arrugas"

EL hombre más deseado, según la revista Vogue, hizo ayer magia en Bilbao. Christian Chams confiesa que le encanta ser el doctor Milagro porque "así veo los resultados de tres décadas de trabajo. Desde que tenía doce años quería hacer cirugía estética. Pero hemos avanzado tanto, que esto era inimaginable. Estoy convencido de que dentro de treinta años, la gente va a cumplir los setenta casi sin arrugas y sin flacidez". Chams está considerado como el mago de la belleza, el hombre que ha devuelto décadas de juventud con sus inyecciones prodigiosas a las mujeres más ricas y famosas del mundo. Pero su elixir de la eterna juventud no es una pócima secreta. "Todos los médicos utilizamos los mismos productos y lo que marca la diferencia es la misma que existe entre dos cocineros que disponen de los mismos ingredientes pero preparan dos platos completamente diferentes", explica.

Estrellas de cine, políticos, monarcas o financieros comparten al doctor Chams. Se le calculan 50.000 clientes en treinta países, la lista es infinita y en su mayor parte, secreta. Nunca hace coincidir a dos pacientes en su sala de espera. Aunque una de sus favoritas es Sharon Stone. Y su mejor resultado, la que le ha brindado reputación internacional, Camilla Parker Bowles. "Toda la gente que sale en la prensa diciendo que es paciente mío es porque quiere", revela con cierta dosis de misterio.

Vivir de la vanidad ajena se cotiza caro. "Podemos hacer un tratamiento completo, ojos, cara y cuello, por un precio entre 500 y 700 euros. Por el mismo tratamiento, yo cobraba, hace quince años, 3.000 euros porque los productos eran mucho más caros y los laboratorios producían menos cantidad. El coste es cada vez más barato aunque seguro que, para algunos, todavía es un dinero importante", matiza.

Conocedor de cómo dejarnos diez años más jóvenes sin cirugía, las celebrities se rinden a sus pinchazos. Isabel Preysler, las Koplowitz, Nicole Kidman, Ana Rosa Quintana... Antes, las mujeres más bellas y glamourosas volaban a París, a su sancta sanctorum. Ya no hace falta. Desde hace tiempo, pasa consulta en Bilbao, y se desplaza a la Clínica Ercilla una vez al mes. También atiende en Donostia o Iruñea. "Además de las consultas de París, Londres, Milán, voy dos o tres veces al año a los países árabes y viajo a Moscú, a Lisboa... Tengo muchas pacientes en América pero no tengo tiempo para ir", se lamenta.

Nacido en Teherán en 1951, pero afincado en París, su revolucionaria terapia de belleza le ha convertido en un artista que no cree que la arruga sea bella. "La esperanza de vida es cada vez mayor y la gente llega con un cerebro fenomenal, con una fuerza muscular tremenda porque va al gimnasio y hay, a menudo, una discordancia evidente entre lo que siente y su aspecto exterior. Hoy, a los sesenta, la gente vive con mentalidad de cuarenta, y se merece envejecer con un físico que esté al mismo nivel que su cerebro".

Sus tratamientos son como un traje hecho a medida y no se corre el riesgo de tener unos labios de rape o los pómulos de Carmen de Mairena. "La gente no quiere imposibles. Ya no hacemos cosas agresivas, permitimos a la gente mejorar con los menores efectos secundarios. Tenemos productos para dar a cada uno su propia identidad. Porque cada uno necesita cosas distintas ya que las caras y las características de la piel son diferentes".

Hay una edad para empezar con los retoques, "a los treinta años ya se puede hacer un poco de prevención", pero no hay límite para acabar, "porque nunca es tarde para querer seducir". "Tengo una paciente de 94 años que quiere sentirse bien y darse un aspecto más saludable por sus nietos". Con esta premisa, la Duquesa de Alba, resulta una candidata perfecta. "Es una mujer que está bien, aunque no me gusta algún retoque que se hecho hace algunos años. Yo trataría de mejorar la calidad de su piel".

Sobre sus detractores y los médicos que han cuestionado sus infiltraciones vitamínicas, contesta diplomático. "Siempre habrá gente que critique. Cuando una persona alcanza el éxito tiene detractores, porque no pueden entender cómo se consiguen esos resultados y algunos tienden a creer que se está utilizando algo ilegal y eso es completamente falso", expone con vehemencia, dando un recetario de urgencia para retrasar el envejecimiento de forma natural: "Evitar el sol, el tabaco y el alcohol".