A la eterna dualidad de ¿Epi o Blas, botella o tetrabrick? se añade ahora, ¿Schuss naranja o Schuss limón? Porque Coca-Cola ha resucitado esta marca, una bebida gaseosa de raíces guipuzcoanas, creada por la familia Beristain hace más de sesenta años y desaparecida en la década de los años setenta. Para dinamizar el segmento de bebidas gaseosas, el gigante norteamericano ha desempolvado esta extinta etiqueta que adquirió en los años 70. Un refresco con el marchamo eusko label ya que era embotellado en Pasaia y fue la bebida de cabecera de miles de vascos durante muchos años. Los más nostálgicos recuerdan que, junto a Kas y La Casera, sus burbujas fueron el refresco por excelencia de muchos veranos en Euskadi.

Durante su presentación ayer en Donostia, Coca-Cola ha destacado que con este lanzamiento hace "realidad el sueño de Norbega", su distribuidor y embotellador en la zona norte, rescatando la fórmula original de esta limonada y naranjada, que "tuvo su esplendor en las décadas de los 50 y 60 gracias a que posee un sabor ácido y refrescante". La nueva bebida conservará la imagen con la que fue lanzada, un limón sonriente tocado con un gorro blanco, con un diseño vintage, más estilizado, que mantiene toda la esencia de una marca tradicional y entrañable. No en vano, se dio a conocer a través de una llamativa campaña de difusión en un original envase de vidrio con una etiqueta verde-amarilla romboidal, que mostraba en su parte central un limón que exhibía una amplia sonrisa. El promotor en Euskadi fue Gerardo Beristain, hijo de Bernardo Beristain, un destacando empresario vinícola donostiarra. El éxito de la marca era tal que los chavales de la época llenaban las calles vascas jugando con las chapas de sus botellas.

La bebida surgió en los años 50 en la localidad guipuzcoana de Pasaia y su nombre significa, en el argot del deporte blanco, esquiar rápidamente en línea recta. En su tiempo tenía tanta repercusión que incluso llegó a patrocinar un equipo de fútbol playero de Zarautz y al club de baloncesto de Bilbao, el Águilas-Schuss.

comercialización

Sector hostelero

La bebida comenzó a venderse como Schuss limón desde un modesto centro de producción en el barrio de Trintxerpe -entre Donostia y Pasai San Pedro-. Pero pronto, sus burbujas subieron la cotización como la espuma y la gran demanda obligó a los propietarios de Schuss a buscar una nueva planta embotelladora, que se ubicó en la zona industrial de Molinao, en Pasai Antxo. Tras conseguir un importante éxito en todo el territorio, la distribución de Schuss se extendió por el País Vasco y de allí al resto del Estado. Fue entonces cuando se lanzó Schuss naranja.

El refresco se comercializará en formato de 200 centilitros, en botella de cristal rellenable y se distribuirá exclusivamente en el canal de hostelería, es decir, restaurantes, cafeterías y bares, los establecimientos donde en la actualidad se concentra más del 90% del volumen de ventas. Se trata de un segmento de amplia facturación ya que el año pasado se consumieron en España 300 millones de litros.

Norbega será el primer y único embotellador de el Estado que fabrique el reactualizado refresco ideal para calmar la sed. Los dos sabores de Schuss, que rescatan la fórmula original de la clásica limonada y naranjada vasca, se distribuirán, en primer lugar, en los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca y, posteriormente, en otoño, se comenzará, gradualmente a, poner en el mercado del resto de las provincias en las que opera Norbega, Nafarroa, Burgos, La Rioja y Cantabria.

la apuesta

Desembarco

El líder mundial de los refrescos se adentra así en una nueva aventura ya que Coca-Cola ha intensificado en los últimos años el lanzamiento de nuevos productos, desembarcando en mercados donde sus principales competidores tenían un dominio absoluto. Así, lanzó, por ejemplo, el bitter Mare Rosso o la tónica Nordic Mist. En el primer caso, el liderazgo era para Pepsi con Bitter Kas y en el segundo para Schweppes. Lejos de amilanarse frente a la recesión económica, el gigante ha anunciado además a nivel internacional que este año aumentará su presupuesto publicitario. En el Estado español, su inversión se elevó el pasado ejercicio a 47,5 millones de euros, con lo que se consolida como el segundo anunciante de la industria alimentaria, tan sólo superada por Danone, con 67 millones de presupuesto.