La mesa para el pacto vasco de salud se aproxima a su recta final con la intención de alumbrar un consenso a finales de este mes de junio. La iniciativa impulsada por el lehendakari Pradales celebró su primera reunión el 5 de septiembre del año pasado y, desde entonces, ha conseguido rebajar el nivel de decibelios y, con algún altibajo puntual, ha podido mantener este debate al margen de la confrontación política y reconducirlo hacia un foro discreto de diálogo compuesto por los agentes sociales y políticos. Pero quizás no sea así por mucho tiempo. Entraba dentro de la lógica que comenzaran a aflorar los disensos cuando se pasara del mero diagnóstico de situación a las soluciones y medidas concretas, pero en las últimas dos semanas han comenzado a aflorar otro tipo de críticas. Están relacionadas con la metodología de la mesa o con las “prisas” del Gobierno vasco por cerrarlo en falso y anunciar un acuerdo, aunque en realidad el pacto avanza más lento de lo previsto, porque en un primer momento se anunció que iba a estar listo en marzo de este año, y ahora se habla de finales de junio, tres meses más tarde. 

La crítica procede también de EH Bildu, que añade discrepancias de fondo con el argumento de la “privatización” y deja caer ya su “decepción” con la mecánica. En paralelo, ha realizado un movimiento significativo: la semana que viene, los días 6 y 7, celebrará unas jornadas en Bilbao para “dar a conocer su propio proyecto de salud”. Sumar ha amagado ya con no firmar.

Del oxígeno a la crítica

Se da la circunstancia de que esta dinámica de diálogo va a alcanzar su desenlace muy cerca de que se cumpla un año desde la primera reunión del lehendakari Pradales con el portavoz de EH Bildu, Pello Otxandiano. El 15 de julio de 2024, Otxandiano prometía “dar oxígeno” al pacto sanitario, darle una oportunidad, y dejar a Osakidetza fuera del debate cortoplacista y de la negociación presupuestaria, lo que en su momento le costó la crítica de ELA, que ni siquiera ha querido participar en la mesa. En verano, no obstante, comenzaron a saltar las primeras chispas con el registro por parte de EH Bildu de una petición de comparecencia del consejero de Salud, Alberto Martínez, para que diera explicaciones por las incidencias y por la muerte de un paciente de Laudio al que tuvieron que recoger con una ambulancia de Bilbao porque la de su municipio carecía de médico. El PNV no negó la legitimidad de EH Bildu para presentar iniciativas de control al Gobierno, pero sí cuestionó que su actitud fuera coherente con esa apuesta por sacar el debate de la pugna cortoplacista.

Desde entonces, la mesa ha avanzado con un diagnóstico, con la activación de 24 grupos de trabajo, y con propuestas como incluir nuevos perfiles en la atención primaria (nutricionistas y psicólogos...); además de descargar del trabajo administrativo a los médicos, o incluir como mérito para ser jefe de servicio la dedicación exclusiva a la red pública. El 14 de mayo, sin embargo, EH Bildu comenzó a marcar un perfil más crítico con esta dinámica. Su portavoz en materia sanitaria e integrante de la mesa, Rebeka Ubera, dijo que le preocupaba “la prisa” del Gobierno, que se esté “vendiendo el consenso” y no se esté “abordando el debate gordiano, la relación público-privada; se tiene que cerrar la puerta a la privatización y revertir los ámbitos que se han privatizado”. Además, aseguró que se había “cambiado la metodología” y que no se habían traído los documentos sobre las enmiendas relacionadas con la relación público-privada.

Rebeka Ubera afea los "titulares sin grandes contenidos"

Este martes tendrá lugar una nueva reunión del pacto, y las declaraciones de los grupos en la tertulia del Parlamento en las Ondas de Radio Euskadi sirvieron este sábado para tomar la temperatura al debate. Acaba de ver la luz una entrega del EITB Focus que sitúa la vivienda y la sanidad en los puestos número uno y dos de las preocupaciones ciudadanas, lo que puede espolear la tentación de los partidos para convertir estas preocupaciones en sus banderas políticas. Rebeka Ubera lanzó una advertencia: “Cuidado con la política de titulares sin grandes contenidos”, porque puede “decepcionar” a la ciudadanía. 

Según dijo, si los resultados de la mesa de salud “no cumplen las expectativas”, se corre el riesgo de “enfadar” a la ciudadanía. “Se ha anunciado la reapertura del PAC de San Martín y la reapertura completa de urgencias de Santiago, pero las medidas reales han sido las que han sido y esto la gente lo ve y lo sufre, se ha visto que todavía en Gasteiz la salud sigue siendo la principal preocupación”, dijo. Añadió que “no se entiende por qué participa Confebask en la mesa y no Osalde”, y que el “compromiso” de EH Bildu con la mesa “ha sido total”, aunque después dijo que va a presentar sus documentos el próximo fin de semana en unas jornadas. Pidió al Gobierno vasco que asuma su papel, e insistió en la idea de “cerrar la puerta a la privatización”, que comparte Sumar. El PP coincide en la interpretación de que el Gobierno tiene prisa por acabar.

Reducción de listas de espera

Desde el PSE, Ekain Rico utilizó la misma fórmula que Ubera en clave de advertencia: “Cuidado con los partidos que solo hacen de notarios de la realidad, señalan con el dedo lo que va mal y luego no participan de la solución”. Le afeó que “saque banderas sin propuestas” y que EH Bildu siga instalada “en el discurso de la legislatura pasada”. Desde el PNV, Jon Aiartza recordó que, en paralelo a la mesa, que mira a largo plazo, se ha activado un “plan de choque” de aplicación inmediata, y “las listas de espera se han reducido en un 66%".