El Gobierno español llevará al Congreso un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2025 pese a que a día de hoy no cuenta con los apoyos necesarios para sacarlos adelante. Lo adelantó ayer la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, que se comprometió a impulsar unas cuentas “en tiempo y forma”, a pesar de que Junts per Catalunya ha amagado con no respaldar las cuentas.
La ministra no entró en detalles, pero avanzó que el ministerio de Hacienda ya está “en conversaciones y negociaciones para presentar unos nuevos Presupuestos” que luego se trasladarán al Congreso de los Diputados para su debate y, en su caso, aprobación. Para ello necesita al menos la mayoría de la investidura, pero Junts ha amenazado con descolgarse, como ya lo hizo con la senda de déficit y deuda, paso imprescindible para presentar Presupuestos. Unos objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de administraciones que el pleno del Congreso tumbó en el último pleno celebrado en julio.
“Cuando presentemos las cuentas, entrará en juego la responsabilidad del resto de partidos.”
Ante esta situación, Alegría hizo un llamamiento a los socios parlamentarios que apoyaron la investidura -ERC, PNV y EH Bildu, además de Junts. “Cuando este Gobierno cumpla con su tarea entrará también en juego la responsabilidad del resto de grupos políticos. Será el momento de escuchar su opinión”, advirtió. Alegría señaló que presentarán en las próximas semanas unas cuentas que, en caso de que vieran luz verde, serían las primeras de esta legislatura, ya que el Ejecutivo renunció a presentar las de 2024 por el complicado calendario electoral y optó por mantener prorrogadas las de 2023.
El amago de Junts
Antes de presentar los presupuestos, el Gobierno español tendrá que aprobar la senda de estabilidad para el periodo 2025-2027, después de que la primera cayera en el Congreso con los votos en contra del PP, Vox y Junts. La Ley de Estabilidad da un mes al Gobierno para presentar una nueva senda -un plazo ya vencido-, que podría ser la misma. Estos objetivos tendrán que volver al Parlamento español para su aprobación.
Por el momento, el Gobierno no ha avanzado cuándo llevará la nueva senda al Consejo de Ministros, lo que unido a la búsqueda de apoyos políticos -sobre todo, el de Junts- y los plazos parlamentarios, podría alargar este proceso varias semanas.
La senda de estabilidad rechazada en julio preveía que el déficit público bajara al 2,5 % del PIB en 2025, el 2,1 % del PIB en 2026 y el 1,8 % del PIB en 2027, con unas metas menos estrictas para comunidades autónomas y ayuntamientos que en las anteriores estimaciones -0,1 % del PIB y equilibrio para todo el periodo, respectivamente-.
Una vez aprobada la senda de estabilidad, el Gobierno estará en condiciones de presentar el proyecto presupuestario, algo que debería ocurrir antes de final de septiembre, pero que el Ejecutivo ha planteado en alguna ocasión que pudiera ser a primeros de octubre.
Antes de final de año
A partir de ahí se abre un largo proceso de tramitación parlamentaria que suele extenderse durante unos tres meses, en los que el texto necesita recabar suficientes apoyos de los grupos parlamentarios para su aprobación definitiva, algo que se presenta más complicado en esta legislatura que en la pasada.
El Gobierno pretende superar la tramitación antes de final de año para que las cuentas estén en vigor el 1 de enero. De no ser así, sería necesario volver a prorrogar las cuentas de 2023, una doble prórroga que ya se vivió con los presupuestos de 2018, aunque en ese momento la situación estaba afectada por la pandemia. – NTM