Una vez superada la pantalla de las elecciones catalanas –que no de la gobernabilidad en esa comunidad–, y de forma exitosa además tras la victoria del PSC de Salvador Illa, el PSOE inició ayer la carrera para afrontar el siguiente hito de la auténtica carrera de obstáculos en que se ha convertido la presente legislatura, las elecciones europeas del 9 de junio. Para ello se ha puesto como objetivo frenar el auge de la ultraderecha en Europa, así como a la derecha tradicional que no duda en pactar con su versión más extrema.

El partido que lidera Pedro Sánchez habla desde la experiencia tras los pactos que PP y Vox han protagonizado en comunidades autónomas y ayuntamientos, lo que espoleó a la postre las posibilidades del Partido Socialista en las elecciones generales de julio del año pasado ante el temor que despertaba la alternativa. Todo ello sobrevoló ayer miércoles en un acto celebrado en Sevilla para lanzar la candidatura de Teresa Ribera a los comicios europeos.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el reto Demográfico fue clara y aseguró que su formación va a ganar en estas elecciones a la ultraderecha, a los que “levantan el brazo en Roma y en Milán, a los que defienden las bombas frente a la paz y a los que quieren implosionar Europa desde dentro”. Pero también a la “derecha cobarde” que no tiene problema en pactar con ellos.

Arropada por la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, la cabeza de lista del 9-J aseguró que la derecha “no conoce Bruselas” y que solo acude allí “para protestar, para dar abrazos a la ultraderecha” y para utilizar “técnicas de desinformación”. Insistió por ello en que no quiere “hombres de negro” ni tampoco “señores con el brazo en alto, que tanto se vuelven a poner de moda”. Tampoco a “los que abrazan a estos señores”, sino que desea instituciones europeas con gente progresista y solidaria, porque el mundo “necesita democracia y derechos”.

De igual forma, criticó que esta derecha tampoco tiene problema en “rehacer” su discurso cuando las urnas arrojan resultados no deseados, y se mostró convencida de que los ciudadanos europeos “quieren paz, derechos y mejor vida” para todos, por lo que votarán socialdemocracia el próximo 9 de junio.

Ribera dijo que el PSOE trabaja “con pico y pala” por los ciudadanos, como lo ha demostrado en el Gobierno español, actuando ante la pandemia, la crisis energética o la invasión rusa de Ucrania, pero alertó a los suyos de que no todos los peligros son las bombas o la economía sino también una desinformación que está “más cerca que nunca”.

Dique de contención

María Jesús Montero advirtió por su parte de que está en juego “la capacidad de parar la ola reaccionaria” que está llegando a Europa “con mucha fuerza” y que quiere entrar “de plano” en las instituciones comunitarias. La número dos del PSOE defendió que hoy España representa “lo mejor de la socialdemocracia” y que Pedro Sánchez es el líder en el que otros se reflejan para seguir avanzando en sus países. Se trata, prosiguió, del “mejor embajador” del Estado “en el conjunto del mundo”, con una voz propia, un proyecto en Europa, y con “ideas y medidas”.

El líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, elogió la labor de la portavoz del partido en Europa, Iratxe García, a la que calificó de “socialista de corazón” y de la que destacó su combate contra “la derecha y la extrema derecha” en la UE. Añadió que van a ganar las elecciones y que serán “dique de contención” de esas formaciones “como ocurre en España”. Concluyó que Ribera es la mejor embajadora de los valores del socialismo en el Estado español.