La precampaña catalana sigue sumando capítulos en el enfrentamiento entre ERC y Junts. Su protagonista absoluto es el expresident de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, que anunció a bombo y platillo su vuelta al Estado si es que tras las elecciones del 12-M dispone de una mayoría suficiente para gobernar. Pues bien, su retorno se enclavaría en un motivo claro, a juicio del actual president Pere Aragonès. Y este tan solo buscaría “una restitución personal” que en ningún caso será “institucional”, puesto que tanto Quim Torra –su antecesor en el cargo– como él mismo han sido elegidos por el Parlament.

En declaraciones a la SER Catalunya, Aragonès echó más leña al fuego de la lucha que viene protagonizando los dos partidos mayoritarios en el soberanismo catalán; ERC, su formación política, y Junts. Según el actual president y candidato a la reelección, Puigdemont tan solo busca “una restitución personal” en la próximo cita con las urnas. Indicativo de ello sería que el president exiliado en Bélgica, y que lleva años plantando una cruenta batalla judicial contra su repatriación forzosa a España, haya denominado a su marca electoral como Puigdemont por Catalunya.

El actual president de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección se presentó como la mejor garantía para continuar con la “estrategia negociadora” con el Estado, en contraste con un partido como Junts que, según rememoró, diez meses atrás afirmaba que negociar era renunciar “y que ahora negocia con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”. Peor sería el escenario si el líder del PSC, Salvador Illa, llegara al Govern, tal y como auguran la gran totalidad de encuestas. Con Illa como president “no habría continuidad en el proceso de negociación”, sostuvo, porque “entre dos que piensan lo mismo no hay nada que negociar”, y con Puigdemont “no lo sabemos porque dice cosas distintas”.

Con respecto a los acuerdos postelectorales que se puedan dar tras el 12-M, Aragonés prefirió no adelantarse a los acontecimientos. No quiso desvelar con quién querría gobernar ERC si no dispone de los suficientes apoyos como para hacerlo en solitario. Sería preferible buscar “el máximo apoyo” en las urnas para depender “lo mínimo” de los otros partidos. Por último, sobre la acusación de “electoralismo” que le han lanzado por sus propuestas de referéndum y de financiación singular para Catalunya, Aragonès zanjó asegurando que “tanto en una cosa como en la otra hay resoluciones del Parlament que piden al Govern impulsar propuestas” para avanzar. “Sorprende que las rechacen sin tener una alternativa”, concluyó.