El miércoles falleció en Dima Josu Olazaran Sagardui a los 86 años de edad y ayer se oficiaron las exequias por su persona en la parroquia San Román de Zierbena. Viudo de Begoña Moreno Escobal y conocido entre sus amistades como el zorro plateado, ha sido una conocida personalidad nacionalista, afiliado a la organización municipal de EAJ/PNV en Sestao.
Olazaran fue durante cuatro años apoderado a las Juntas Municipales y concejal del Ayuntamiento de la localidad. Fue, asimismo, dirigente de la empresa Limpiezas Garbialdi S. A. y antes gerente de Limpiezas Industriales Alfus (Iris).
Numerosas personalidades y otras amistades arroparon ayer a la familia en el funeral religiosos. Hasta la localidad del extremo occidental del litoral vizcaino, acudieron el lehendakari Iñigo Urkullu, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; la presidenta del BBB de EAJ/PNV, Itxaso Atutxa; así como Alberto Pradera, Roman Sodupe, Ricardo Ansotegi, Paco Allende, José Mari Zalbidegoitia y Karmelo Intxausti. También, dieron su pésame Pepe Rubalcaba, Iñaki Anasagasti, María Esther Solabarrieta, Joseba Aurrekoetxea, José Cruz Lasarte, Belén Greaves, Asier Atutxa, Aitor Landa o Luis Ortuzar. A esta lista de presentes se añadieron José Manuel Lekuona, Rafa Agirre, Luis M. Guinea, Begoña y Zigor Urkiaga o Izaskun Isla.
Emoción desbordada
Alberto Pradera, amigo íntimo de Olazaran se emocionó hasta las lágrimas: “Es que ha ocurrido algo en el funeral excelente. ¿Dónde un presidente da la homilía de un funeral? Eso solo ocurre en este país y el lehendakari lo ha hecho. Te lo cuento y me emociono. Solo ocurre en este país y este partido”, declaraba a DEIA el exdiputado de Bizkaia.
Olazaran era hijo de gudari del Ejército de Euzkadi y un hombre clave para el partido jeltzale en la década de los años noventa del siglo pasado. “Toda una referencia de organización y mando en EAJ-PNV. Quien hoy no sabe quién fue, no es del PNV”, valora el exsenador Iñaki Anasagasti, como reacción a la pérdida de este hombre especializado en temas de Ezkerraldea y Enkarterri.
El finado fue miembro del Euzkadi Buru Batzar y del Bizkai Buru Batzar, cuando este último estaba presidido por Javier Atutxa y con un equipo humano compuesto por María Esther Solabarrieta, Arantzazu Petralanda, Xabier Maidagan, José Antonio Aspuru, José Antonio López Egaña, Iñaki San Juan, Teobaldo Guerrero, Rafa Sarria, Fernando Egileor y Eneko Caballero. “Gran amigo de Karmelo Intxausti, fueron todo un poder interno. Fueron momentos de división del PNV y de amarrar las cosas. E hicieron su trabajo”, apostilla Anasagasti, quien recuerda a DEIA que Olazaran estuvo en todas las elecciones internas y externas del partido y en la formación de la Ertzaintza, “en tiempos en los que no había voluntarios para entrar y había que vigilar que no se infiltrara nadie en un cuerpo nuevo y sin experiencia”.
El miembro del Euzkadi Buru Batzar Koldo Mediavilla adjetiva a su amigo fallecido como “un personaje entrañable y cuya huella en la vida interna del nacionalismo vasco fue en una época muy reseñable. Olazaran, desconocido para el gran público, fue un destacado protagonista del PNV en los dos últimos decenios del siglo pasado”, valora.
Anasagasti publicó un libro de testimonios sobre el dirigente del PNV, que llegó a presidir en el exilio, Juan Ajuriaguerra. De la publicación se desprende que Olazaran cuidó durante tres meses, todas las noches, al burukide enfermo en un hospital. Desde las 22.00 horas hasta la mañana, cuando el ahora finado retomaba sus quehaceres laborales. “Don Juan era un hombre al que todos teníamos mucho respeto y cariño. Era muy duro y no solía dar mucha conversación, pero lo recuerdo con especial cariño”, dejaba escrito para la posteridad.
Anasagasti estima que, con la pérdida de esta generación, parte del Partido se va yendo con ellos. “Creo se debe respetar ese pasado, porque no estaríamos donde estamos sin estas generaciones. Estoy seguro de que nunca más se le pidió opinión sobre nada, en virtud de su experiencia. Aquel era un partido de discusión y batzoki, de estar muy cerca de la gente. Ya sé que la vida pasa, pero hay cosas que son inmutables: esas ideas de trabajo, esfuerzo, atención, estar donde hay que estar, atender a la gente, son universales y fundamentales en una organización al servicio de la ciudadanía. Esa fue la fuerza de un partido que lo ganaba todo. Quedémonos con su entrega y reconozcamos su trabajo”, pormenoriza en un texto.
Compañeros y amigos
Pradera era compañero de cartas con Olazaran tras las asambleas del partido y contrincantes de Pedro Aurtenetxe y Karmelo Intxausti, con quienes constituyó como empresario Alfus. “Era por todos conocido como el zorro plateado, por su pelo blanco, pero para mí era Josu, un tío muy listo al que no se le escapaba una, por ello se encargaba de organización. Te diré que quitando a Urkullu, nadie era más querido que él en el partido, porque todos los días conocía el pálpito de los batzokis”.
Otra persona que conoció muy bien al exburukide fue María Esther Solabarrieta, exdiputada de Medio Ambiente. “Estuve en el BBB, presidido por Javier Atutxa, donde Josu se ocupaba de organización. Nada menos. Tenía un equipo y no tenía horas. Eran años de manifestaciones, elecciones de todo tipo, de organizar el Alderdi Eguna, de estar en la calle. Solo éramos dos mujeres: Arantzazu Petralanda y yo. Me decía que dos éramos muchas porque no nos arrugábamos y era los tiempos del machismo en todo. Era la época. Un duro que te daba la razón cuando le argumentabas. Hizo un gran trabajo”.
El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, camina por esa misma senda de pensamiento. “Ha sido un hombre a caballo entre el final del franquismo, la Transición y democracia, un enlace. Al mismo tiempo, un burukide de raza. Un hombre de organización, y que supo garantizar la seguridad en los años complicados, años de ETA. Era de segundo plano, pero pisaba callos cuando hablaba, sin pelos en la lengua”, sonríe Ortuzar. “A veces era fuerte –enfatiza– y pedía disculpas, pero no se quedaba sin decir lo que pensaba, algo que se agradece en un partido”.
El presidente del EBB asegura que al igual que Olazaran era un hombre de carácter en su labor de partido, “al mismo tiempo era muy disfrutón”. “De la calle, de potes, de cuadrilla... Bien lo sabe el grupo Indarra, con el que le gustaba cantar”. Ortuzar concreta: “Olazaran repartió propaganda en la clandestinidad, vivió los malos tiempos de la ikurriña, el resurgir de las ikastolas, la soberanía, el nacionalismo y todo ello desde Ezkerraldea aunque procedía de Bilbao. Lo ha sido todo para EAJ/PNV”.