Coincidiendo con el medio siglo del atentado, se ha publicado cerca de una decena de libros que, supuestamente, tratan de arrojar luz sobre el magnicidio.

En la larga relación, nos encontramos títulos como Carrero. 50 años de un magnicidio maldito, de Manuel Cerdán; Carrero Blanco. Historia, teorías conspirativas y ficción, de Gaizka Fernández y Pablo García; Las claves de la información en el asesinato del Presidente Carrero Blanco o, por no hacer más extenso el inventario, El día en que ETA puso en jaque al régimen franquista, de Antonio Rivera.

Todos los volúmenes citados, y especialmente el último, destilan teorías a la medida de sus autores, es decir, de sus respectivas ideologías. Más allá de la sospechosa oportunidad de la publicación, prevalece la tesis encajada a martillazos, y no desde 1973, cuando ocurrieron los hechos, sino desde 2023, cuando se presentan como tesis de parte.

Aparte de otro ramillete de productos de pretendido ensayo, queda claro que la obra literaria fundacional es la que en su primera impresión llevó por título Operación Ogro. Cómo y por qué ejecutamos a Carrero, con la firma de Julen Agirre, seudónimo que pronto supimos que correspondía a Genoveva (o Eva) Forest, alguien que, como se refleja en estas páginas, tuvo una participación muy directa en los hechos.

La virtud del conocimiento de los hechos en primera persona queda tocada por la intención de presentar los acontecimientos como una heroicidad o, dicho más simplemente, como una historia de buenos muy buenos y malos muy malos.

El texto de Forest dio pie a la que también es la versión audiovisual canónica del suceso, la película de Gillo Pontecorvo que lleva el título corto del libro, Operación Ogro. Se estrenó en 1979 y supuso un notable escándalo entre las mentes bienpensantes. A día de hoy, dejando al margen su sesgo ideológico, sigue siendo la mejor aproximación a los hechos.

Tres años antes, en 1976, José Luis Madrid había llevado a las pantallas Comando Txikia. Muerte de un presidente, nada menos que con Paul Naschy, Tony Isbert y Juan Luis Galiardo como algunos de los miembros de ETA que ejecutaron el atentado.

En cuanto a las series, RTVE estrenó en 2017 la mediocre El asesinato de Carrero Blanco, con solo dos capítulos. A rebufo de la efeméride redonda, Movistar Plus programa estos días Matar al presidente, con fallidos visos de documental y tufo conspiranoico.