El president de la Generalitat, Pere Aragonès, y su partido, ERC, se han visto obligados a bascular sus posiciones y regresar a posiciones independentistas y menos pragmáticas, al constatar en las elecciones del pasado domingo que la ciudadanía catalana no refrenda la estrategia de acuerdos con el Estado español que inauguró hace meses Oriol Junqueras y que se plasmaba en una mesa de negociación que no ha deparado fruto alguno.

Así las cosas, y tras un correctivo electoral en el que ERC perdió más de 300.000 votos, en la última semana Aragonès y Junqueras han cambiado el rumbo y han vuelto a tender la mano a Junts y a la CUP para acuerdos en clave soberanista. Es más, el jefe del Govern ha expresado que teme un Ejecutivo del PP y de Vox en La Moncloa que imposibilitaría cualquier tipo de diálogo y reactivaría las vías unilaterales en Catalunya.

Por todo ello, ayer Pere Aragonès puso sobre la mesa su propuesta de formar un frente soberanista para el 23-J, aunque ve difícil presentar una candidatura conjunta y apuesta por un acuerdo programático que permita posiciones compartidas en el Congreso y en el Senado.

En declaraciones a Catalunya Ràdio, el president catalán y coordinador nacional de ERC aseguró que “el 23 de julio tocará remontada”, después que en las elecciones municipales los republicanos no lograran los resultados esperados.

“Hemos de ir a golear y cada uno tiene su equipo, delante tenemos un riesgo muy evidente de retroceso y, desde mi punto de vista personal y político, y más allá de mi papel como president de la Generalitat, es evidente que la alternativa al peligro que hay no puede pasar por un voto masivo a favor del PSOE, sino por una defensa del país también en clave soberana y progresista”, argumentó.

Aragonès reiteró la necesidad de buscar un acuerdo de los partidos que defienden la independencia y también de los que defienden el derecho a decidir, aunque también incluyó a todas aquellas formaciones que coinciden en la defensa de los derechos sociales de los trabajadores y del Estado del bienestar.

“Porque el riesgo que tenemos es que lo que se ha podido avanzar, en algunos casos relevante, en otros aún insuficiente, todo eso vaya atrás”, consideró el jefe del Ejecutivo catalán, respecto a la hipótesis de que tras las elecciones generales se forme un Gobierno de PP y Vox en coalición en el Estado español.

Mesa de negociación

Respecto a las conversaciones bilaterales de la última legislatura, señala que aunque las negociaciones con el Gobierno del PSOE son difíciles, es “evidente” que con un Ejecutivo de PP y Vox “las condiciones serán aún más difíciles”.

“Nos equivocaríamos si pensáramos que es cosa de dos, hace falta una gran alianza que supere el perímetro de partidos”, propuso Aragonès, que reconoció que no parten de cero y admitió “diferencias estratégicas que no se resuelven de la noche a la mañana” entre los partidos independentistas.

Sin embargo, pidió “un punto de inflexión” para llegar a “un acuerdo programático” que permita establecer “una hoja de ruta compartida, tener posiciones compartidas en Congreso y Senado”.

El coordinador nacional de ERC ve “difícil” en cambio poder presentar una lista conjunta para los comicios generales.

El apunte

Reunión ERC-Junts. Las cúpulas de ERC y Junts se reunieron el pasado viernes en Ginebra (Suiza) para analizar los resultados de las elecciones del 28-M y “convertirlos en una oportunidad para un camino de reconstrucción de las confianzas en el sí del movimiento independentista”, según confirmaron ayer fuentes de Esquerra a Europa Press. De esta manera, esta cumbre habría servido para “negociar la reunificación independentista” tras las diversas desavenencias de los últimos tiempos.